Capitulo 50: Ultimo adiós

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Actualización de los miércoles atrasada (estaba fuera por asuntos personales pero ya volví 😃)

Todo esto era nuevo para mi. Nunca había celebrado una fiesta de cumpleaños de primer año de mis hijas y esta sería la primera vez que experimentaría tal cosa. Sofía daba pasitos por toda la casa disfrazada de su princesa favorita y ella se veía alegre, balbuceaba mamá una y otra vez llena de energía. Era un día hermoso, el castillo estaba lleno de gente y en un rato comenzarían a llegar los invitados. Mireia a pesar de que aún no me tragaba del todo, al menos se había ofrecido a organizar la fiesta de Sofía junto a mi. Tenía a mi disposición un equipo completo de eventos pero me daba mucha más emoción e ilusión ser yo quien preparara la fiesta de mi niña. Todos los medios de comunicación también estaban pendiente de cualquier noticia de la cual colgarse para hacer dinero pero yo hice lo posible porque fuera algo discreto dentro de mi condición como duquesa consorte.

— ¿Estás bien?

— Algo desvelada mamá. ¿Y tú? ¿Cómo vas con la rehabilitación?

Sonriendo asintió con la cabeza

— Me va muy bien. Ya casi no tengo que usar bastón. Solo algo de reposo para el embarazo y listo. — Resopló— Debo verme ridícula embarazada a esta edad.

— ¿Qué dices? Yo creo que es la mayor bendición que ha podido ocurrir. Necesitamos la casa llena de vida y también me hace ilusión tener una hermana.

Aún algo avergonzada replicó

— una hermana con una diferencia de treinta y cinco años de diferencia Alicia

— ¿Y? No dejará de ser mi hermana. Ahora quiero que tú me respondas algo, ¿Daniela fue la causante de tu accidente?

Su sonrisa rápidamente se borró de su rostro y apretando los dientes intentó evadir la respuesta.

— Es un día feliz, no lo dañemos con cosas tristes.

— Respóndeme por favor

— Si, fue ella. Me empujó contra ese vitral convencida de que si me mataba, podría estar con Damián. En aquel momento juré que iba a morir. Bajó las escaleras lentamente mientras disfrutaba de verme agonizar. Le pedí ayuda mientras comenzaba a ahogarme con mi propia sangre. Nunca pensé ver tanta felicidad por verme muriendo en los ojos de mi hermana. Nunca habíamos podido querernos, pero jamás pensé que me odiaba tanto como para querer matarme. Es inexplicable la sensación que da el sentir como la sangre se derrama alrededor de tu cuerpo y poco a poco sientes frío y cansancio. Estaba segura que lo último que vería antes de morir sería su rostro. Fue cruel, se arrodilló a mi lado y susurró al oído que tú eras mi hija. Me relató como se encargó de hacer de tu vida un infierno porque verte a ti era recordarme a mi. Pensó que moriría, por eso me dijo que eras mi niña. Creí que moriría, no me aterraba morir..., me aterraba no volver a verte.

Logró sacarme las lágrimas y conmoverme por completo. Agarré sus manos y le pedí que la denunciara, nada deseaba más que ver a esa mujer en la cárcel por todo el daño que nos había hecho pero ella sorpresivamente no quería hacerlo. Acariciando mi rostro con mimo negó con la cabeza.

— Alicia, aunque no lo creas, Daniela ya vive un infierno. Nunca fue correspondida por Damián y ese ha sido su calvario. Ella me odia, en cambio yo no puedo hacerlo. Solo espero que Dios se encargue de ella. Ahora soy feliz teniéndote a ti y a Damián en mi vida. No necesito nada más.

— ¿Estás segura?

Asintió con la cabeza

— Si, segura. Quiero que tengas cuidado con Valeria. No confío en que haya dejado a su madre atrás. Algo planea y no quiero que nada malo te pase.

La teoría del amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora