Capitulo 28: Entre el frio y el calor

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Días después

Exactamente llevaba un mes sin sexo. Un mes que apenas veía a Alessandro. Un mes en que todo era más protocolo que una relación. Un mes en el que solo dormía con el hombre que amaba pero una frialdad nos distanciaba. Un mes en el que la poca sensualidad que quedaba en mi se murió al intentar seducirlo y solo recibir un "ahora no" de parte de él. Tenía deseos de hacer el amor y eso me hacía sentir muy apenada. Algo se reinició en mi cuerpo desde que Alessandro me llevó a su habitación. Quería volver a sentir todo aquello pero al parecer solo sería un deseo, solo eso. Sentía el chorro de agua caer por mi cuerpo, estaba duchándome en una ducha del tamaño de una habitación. El vapor era agradable y la soledad acertada para lo que mi mente maquinaba. No lo aguantaba más, lo sentía palpitando, tenía calor y lo único que deseaba era tocarme, frotar mis dedos sobre mi clítoris y sentir cómo se iba hinchando poco a poco. Me senté en la banca de la ducha aún en duda. Estaba muy urgida y caliente pero también llena de pena. Aún masturbarme no estaba normalizado en mi lista de cosas comunes. Poca o nunca lo hacía por pena de mi propio cuerpo. En aquel momento las ganas acumuladas pudieron más. No solo froté mis dedos sobre mi clítoris, metí mis dedos en mi vagina y los movía con fuerza, con celeridad y al cerrar los ojos fantaseaba con Alessandro. Imaginaba que era él quien me tocaba, que eran sus manos quienes me hacían tiritar. Mis pezones se endurecieron y mis piernas se abrieron por completo deseando una polla en lugar de mis manos jugueteando entre ellas. Los gemidos ocurrieron solos, mis caderas se movían suavemente buscando sentir el chorro de agua caliente acariciar mi clítoris. Era la sensación más rica y placentera que había sentido desde la última vez que había tenido sexo. Mis manos perdieron el control y violentamente sacaron de mi coño un orgasmo que terminó materializado en mis fluidos expulsados abruptamente. Había logrado correrme sola, había alcanzado un orgasmo sola y eso me hizo sentir exquisita pero rápidamente todo aquella efusividad terminó en lágrimas. Comencé a llorar apoyando mi frente sobre mis rodillas. Lloraba llena de frustración y dolor. Ahora tenía que masturbarme para sentir algo de placer porque ni rogándole conseguía sexo con Alessandro. Ya no le gustaba mi cuerpo, ya yo no le gustaba. Creo que ni siquiera lograba que se le parara la polla. Dos días atrás había encontrado en el neceser píldoras para la disfunción eréctil camufladas en un pote de analgésicos. Me sentía poco o nada mujer y mucho menos capaz de volver a seducirlo como antes. Aún entre hipos y solloza salí de la ducha y casi muero del infarto al ver a Alessandro en una esquina recostado de la pared mirando hacia la ducha. Rápidamente me cubrí y sonrojada pregunté.

— ¿Qué haces ahí? ¿Cuánto llevas ahí parado?

En su garganta había un enorme nudo que apenas lo dejaba hablar. No sé cuánto tiempo llevaba en el baño pero el bulto que tenía entre las piernas me estaba dando una idea. Su voz gruesa y entrecortada sonó provocando que me acelerara aún más.

— Lo suficiente

— Sal por favor

— ¿Por qué?

— No..., yo..., no quiero que me veas.

Se acercó a mí y aunque traté de no mirar su polla y sentir más ardor, me fue imposible. Quería tocarlo, quería que me tocara, era la primera vez que sentía ese ardor por dentro que no podía controlar. Estaba urgida, moría porque me hiciera suya; pero sabía que otra vez me esquivaría. Habían cosas que no comprendía, aquellas píldoras y luego ver aquella erección dura y prominente me hizo estallar la cabeza. Cada vez entendía menos. Decidí arriesgarme una última vez, quería creer que aún me deseaba como antes. Teniendo solo una toalla cubriendo mi cuerpo, me acerqué a él hasta quedar rozando mi piel con la suya. Mis labios tentaban los suyos a sólo centímetros y con la voz entrecortada susurré.

— Estoy..., muero porque me hagas el amor. Tócame, estoy muy caliente. Te necesito dentro, muy dentro de mí.

— Alicia..., no.

La teoría del amor Where stories live. Discover now