Capítulo 11 parte B

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Sesenta señoritas ya ocupaban sus respectivos lugares, y con mil preguntas bombardeaban a Patty, quien interiormente se preguntaba por qué tardaban tanto Candy y Terry, al cual, al verlo aparecer minutos después por el hall, las reunidas gritaron animadas de que su petición fuera concedida.

Blanch, por su parte, hubo corrido a lado de su padre para cuestionarle de manera reprochadora:

— ¡¿Por qué no me avisaste que habías decidido quedarte?!

— Fue algo no planeado, Blanch.

— ¡¿Ella te convenció de participar?!

La alterada joven miró a Candy, y ésta a ella que oiría con cierto llamado de atención:

— ¿Te parece bien si hablamos después?

Por segundos, la castaña permaneció callada; y ante la mirada del actor diría:

— Sí, papá.

Seria, la jovencita se giró y fue a su asiento; ocupándolo, se cruzó de brazos para ver en mutismo la presentación.

— Silencio, por favor.

El audible bullicio que había, lentamente fue apagándose; y en cuanto, la última voz dejó de escucharse, otra sonaba:

— Porque lo que más deseamos es que disfruten de este verano aquí en Lakewood, al contar con la presencia del señor Graham le hemos pedido y él aceptado ser partícipe, por unos cuantos días, de este curso.

— ¿No puede quedarse más tiempo? — alguien lo preguntó.

Candy le otorgó el habla al actor.

— Yo que más quisiera, señorita, pero no puedo.

— ¿Y cuántos días serían? — cuestionó otra.

— Una semana.

— Pero, lo tendremos entre nosotras todo el tiempo, ¿verdad? — una tercera chica se hubo puesto de pie para interrogarlo.

Prontamente, la respuesta la daría una muchachita que yacía en frente:

— Sí, desde que desayunamos hasta que vayamos a dormir.

— No lo creo — contestó rápidamente el solicitado antes de que volvieran a contestar por él; — ya que tienen una guía de actividades a realizar. Sería en su tiempo libre nuestras citas.

— ¡No es justo! — rezongó una jovencita de la última hilera.

— ¿Por qué no, señorita?

— Yo soy lenta para aprender.

Terry miró a Patty, porque asentía con la cabeza.

— Con decirle que lo que vimos el primer día, apenas hoy mi mente lo está procesando. Si nos monta una obra, no podré participar debido a mi mala memoria. Así que, no me parece justo.

— Si es así, yo también me quejaría.

— ¿Señor Graham? — un coqueto ser levantó su mano.

— ¿Sí?

— ¿Por qué dejó el teatro?

A partir de esta cuestión, Candy se mostraría interesada en saber también.

— Por...

— ¿La mamá de Blanch es el amor de su vida? Y si no, ¿quién lo es entre todas las mujeres con las que se le ha relacionado sentimentalmente?

PRISA POR OLVIDARWhere stories live. Discover now