Capítulo 17.

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Pero existe algo, que el tiempo no puede,

A pesar de su innegable capacidad destructora, anular:

Y son los buenos recuerdos, los rostros del pasado, las horas que uno ha sido feliz.

Julio Cortázar.

Anabette.

Mi vida había cambiado tanto, sentía que todo había sucedido demasiado pronto, y todo iba demasiado... Bien. La terapia de mis padres finalmente estaba dando resultados positivos, su mejoría era innegable, tanto en su relación como en su semblante habían sanado, la agonía, el tormento y el rencor ya no eran lo único que parecían albergar en su interior. Compartían más tiempo con Melanny, Kaden y conmigo, parecía que la vida había vuelto a sonreírle a mi familia, y aunque la perdida de Sophie era un recuerdo presente, la pena no volvería a controlar nuestras vidas... al menos eso era lo que yo creía.

Mi relación con Jeremy era cada vez mejor, e inquietantemente perfecta, sin complicaciones. Pero... ¿La felicidad no es más que un momento efímero? Es como un bote a la deriva, y en cualquier momento puede llegar un devastador huracán, reduciendo todo a solo destrucción y recuerdos.

Les he estado contando tantas cosas, desde el accidente donde perdimos a Sophie, su funeral, ese terrible incidente que me llevó a conocer a Jeremy. Pero esta historia, la verdadera historia, se remonta a muchos años atrás, donde yo no tenía nada, no tenía a nadie más que nueve años, pulmones funcionales, un corazón bombeando sangre a mi cuerpo y... Muchas neuronas, esperando ser usadas.

Hice caso omiso a muchas cosas, siempre hubieron pistas, señales que me gritaban: «¡ESTOY AQUÍ!», «¡HUYE!». Pero el dolor había sido como un velo, un velo oscuro y tortuoso que me impedía ver a través de él. El amor también tuvo gran parte de culpa en ello, porque desde que Jeremy apareció, no hice más que centrar mi atención solo en él, ignorando las señales que claramente me advirtieron esta catástrofe.

Creo que mereces saber cada cosa, con lujo de detalle; así que hoy, aquí y ahora te explicaré. Pero te sugiero que estés muy atento con el reloj y los calendarios.

Porque te contaré cuándo el reloj de SEMPITERNO comenzó a correr.

17 de Junio, 2018.

Jeremy no respondía a ninguna de mis llamadas, antes de irse me dijo que debía ir a casa de sus abuelos en Gales, su abuela estaba gravemente enferma, y temían que no durase mucho tiempo más con vida. Insistí en acompañarlo, pero él se negó, estaba actuando muy extraño. Asumí que se debía a los nervios y el estrés. Lorie y Will estarían quién sabe dónde, desde que estaban juntos casi ni los veía, y Elise había ido con Jeremy, después de todo también era su familia. Así que no tuve más qué hacer, salvo quedarme en casa, con mis hermanos, todo el día.

Era un día lluvioso, las gotas caían y caían deliberadamente fuera de mi ventana, el viento besaba las hojas de los arboles, y las mecía, el día estaba oscuro, con una niebla densa y grisácea. Estaba cansada de las mismas cuatro padres de mi habitación, de la misma vista fuera de mi ventana, de la misma serie de televisión que ya había visto alrededor de cinco veces.

Necesitaba salir de aquí, hacer algo que me distrajera.

Saqué mis piernas debajo de mis cobijas, el frio rozó mis dedos, y proseguí a ponerme mis pantuflas de gatitos. No me gustaban los gatitos, ni siquiera sabía por qué las tenía.

Salí de mi habitación y me dirigí a la cocina. Allí busqué en el refrigerador todo lo que necesitaba. Como era mi costumbre en este tipo de clima, solía preparar lo que sea que fuera excesivamente dulce y que me despertara con ese subidón de energía para mejorar el lánguido y deprimente día.

SEMPITERNO: Un Nuevo Inicio [Completa] ©✔️Where stories live. Discover now