Capítulo 25.

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Cuando la verdad sale a la luz, solo es cuestión de tiempo para que todos la sepan.

—Miraculous.

Anabette.

—A ver si entendí bien: vamos a cooperar —empecé a enumerar con mis dedos—, vamos a esperar a que Ixhel venga a trasladarnos, y ahí escaparemos, ¿cierto?

—Sí, y de ninguna manera ella puede enterarse de que me conoces, ni de que estuve aquí, ¿De acuerdo?

Asentí.

—Me parece muy lindo todo eso de que tengas tanta fé en ese plan, pero... Hay guardias armados, no sabemos cuán resguardado puede estar todo el perímetro y sus alrededores, ni siquiera sabemos con seguridad qué puede haber allá afuera, y tú... —inspeccioné con la mirada ese cuerpo adulto, bien formado, sí, pero no lo suficiente como para enfrentarse a quién sabe cuántos hombres—. Tu no eres una especie de Hércules, mucho menos un complejo de Hulk, sin ofender, y yo no me he visto en un espejo, pero estoy segurísima que debo parecer un pollo sin plumas, las posibilidades de fallar son... —hice un gesto de incredulidad con mi cara— ¡TODAS! en realidad. No quiero ser pesimista, Mouse, pero eso más que un plan, parece un anhelo.

—Llevo más años aquí de los que puedo contar con mis dedos, así que confía en mí ¿Sí?

—¿Confianza? —objeté con un vaga sonrisa—... Me pides eso cuando sabes que mi vida, todo en lo que creí, donde todos y cada uno de mis recuerdos son completamente una mentira —exclamé tensa, alzando una ceja—. Haz lo que tengas que hacer, tienes mi apoyo... Creo que, un anhelo, al menos una esperanza es mejor que nada, pero por favor ten en cuenta que confianza no es algo que obtendrás de mí.

●●●

Al cabo de lo que parecieron unas horas de charla, Mouse se escabulló por uno de los ductos de ventilación torpemente escondido en una de las paredes de la habitación, justo detrás de un gran estante, brillante, pulcro y metalizado como un reluciente chelín. Al parecer, Mouse no era mi compañero de habitación, como había albergado la pequeña esperanza de que fuera. Y en realidad, analizando todos los artefactos que poseían en Centinela, todo el montón de información que había impactado contra mí y me había dejado atónita; el hecho de ver a Mouse escabullirse por ese ducto me pareció bastante aburrido, casi cliché, y resultó un tanto chistoso ver a semejante humanidad metido en ese pequeño ducto. Y si soy honesta, me alegré que en medio del caos, aún yo conservaba la capacidad disfrutar una situación hilarante.

Al salir de la habitación otra vez, con el frío contacto del metal sobre mis muñecas, y un guardia pisándome los talones, me permití prestar más atención a los detalles, a trazar patrones mentales, que, tal vez si el plan de Mouse daba un giro inesperado, me diera la oportunidad de guiarme a través de los pasillos con más facilidad, y no ser cazada como un ciervo inocente en un claro, con predadores en cada punto cardinal de la rosa de los vientos.

Noté que, un fino tubo metalizado con una débil capa de hielo fino creándose a su alrededor, se extendía a lo largo de casi todas las paredes. En cada puerta había un logo, y me golpeé mentalmente la cara contra la pared cada vez que lo veía: era el mismo logo que habías visto en el club, en el estacionamiento del cumpleaños de Elise justo antes de que Jeremy apareciera, el mismo que veía en mis sueños, en mis pesadillas, el mismo que ví tantas veces.

Consistía en un círculo verde, con ramificaciones a través de él, con letras brillantes que indicaban para qué era cada habitación, cada puerta que dejaba atrás mientras avanzaba tenía grabada en ella palabras como: «Laboratorio», «Biogenética», «Prototipos», «Incubadora», pero mi respiración se cortó cuando vi una que decía:

SEMPITERNO: Un Nuevo Inicio [Completa] ©✔️Where stories live. Discover now