Capítulo 41.

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Antes de encontrarte creía que la única formas de resistir era tener algo por lo cual vivir. Y no es eso. Para resistir, debes encontrar algo por lo que estés dispuesto a morir.
—Evan Walker.

Anabette.

El asombro y el miedo me hicieron saltar de la camilla. El sujeto del frente habló por un walkie-talkie:

—Encontramos a su hijo y a la niña de Sempiterno —su voz era despectiva y grave cuando lo pronunció.

Lentamente, intenté llegar el arma que segundos antes había guardado en mi cinturón, pero el hombre detrás del sujeto del walkie-talkie disparó hacia mis caderas y golpeó el borde de la funda de mi arma y esta se torció y cayó al suelo, en una clara advertencia.

El sujeto del walkie-talkie carcajeó, en risotadas ásperas y carentes de gracia.

—Creo que deberías darme eso, no quiero que te hieras o hieras a alguien más intentando jugar con cosas que no conoces.

—Le sugiero que no intente subestimarme —amenacé, conteniendo las llamas furiosas que crepitaban en mi interior.

—¿Qué vas a hacer? ¿Dispararme? —sonrió con desdén y señaló con un gesto teatral a su compañeros detrás de él —. Solo inténtalo, y verás cómo no vives para jactarte de ello —tras eso, un par de guardias más asomaron su cabeza desde la puerta.

—¿Ixhel los mandó? —habló Jeremy al fin.

—Sí, niño, tu mamá nos envió. Así que bájate de ahí y dile a tu novia que no haga ninguna estupidez.

—Yo no soy quién para darle órdenes —sentenció, se bajó de la camilla, extrajo el suministro de suero de su vía, se posó frente a mí y dictaminó —. ¿Dónde está ella?

—Los espera en la base —admitió uno de atrás. Y cuando intentaban acercarse hacia nosotros, Jeremy tomó mi mano y escupió:

—Conozco el camino yo solo, no es necesario que nos toquen.

El sujeto del walkie-tokie lo miró con gracia, como si fuera un niño estúpido, alzó sus manos como rindiéndose, y nos hizo una reverencia irónica cuando pasamos a su lado. Caminamos entre los guardias que nos apuntaban y salimos al largo y desolado pasillo, no se apartaron de nosotros, y no dejaron de apuntarnos, a una distancia prudencial, cuando doblamos en una esquina y subimos en el elevador. Teclearon los números para ascender a la base, el piso traqueteó y el elevador ascendió.

El agarré de Jeremy sobre mi mano amortiguaba el leve tamborileo de mis dedos. Sabía que Jeremy tenía algún plan, o que al menos ejecutaría uno al llegar ante Ixhel, pero yo no me podía atener a lo que él pensara hacer, no podía atenerme a que mi única esperanza fuera que él me salvará, que evitara que otra vez, ambos fuéramos capturados.

Pensé y pensé como loca en los pocos minutos que transcurrieron, pero ninguna idea se me ocurría, tal vez tendría que improvisar, tal vez eso era lo que Jeremy también estaba pensando en ese momento. Pese a todo, pese al frío del arma sobre nuestros omoplatos, ni Jeremy ni yo flaqueamos, no rogamos, no demostramos que ellos tenían el control, al contrario, porque cuando las puertas de elevador se abrieron, ambos dimos pasos firmes fuera del mismo, nos escurrimos por el pasillo hasta la puerta doble de latón que reposaba al final del pasillo.

Jeremy se paró justo frente a la puerta, volvió su cabeza en un gesto arrogante y agregó:

—Después de ustedes, caballeros.

El primer guardia bufó, se acercó a la parte lateral derecha de la puerta e introdujo una tarjeta.

—Ni sueñes con hacerte el arrogante, están acorralados. No tienen esperanzas.

SEMPITERNO: Un Nuevo Inicio [Completa] ©✔️Where stories live. Discover now