Capítulo 44.

53 8 15
                                    

Creo en instantes. Creo que puedes enamorarte muchas veces a lo largo de la vida; de la misma persona, de otras distintas, de ti mismo o solo de momentos.

—Alice Kellen.

Anabette.

El sol brillaba, luminoso y suave como vino burbujeante en el patio trasero, los arboles se mecían con la brisa fría y encantadora que impregnaba el lugar, el verde de las hojas en las copas era sorprendente, me hacía querer dibujar prados hasta el amanecer. El inmenso patio era grande, tan grande como la extensión del horizonte. Los voluntarios de Ederdig, tanto nuevos como viejos, jóvenes y adultos, locales y extranjeros peleaban duro contra la carrera de obstáculos de sus entrenamientos. Yo miraba desde la lejanía, entre una pequeña colina que se alzaba cerca de donde todos entrenaban con fervor. Habían pasado seis meses, desde la caída de Centinela, la caída de Ixhel y la muerte de Cárter. Fheryx se había ido al extranjero hacia unas reuniones con los demás líderes de Ederdig, Daisy, después de tanto tiempo, había viajado hasta su país y se había reunido con su familia, lo mismo habían hecho Milba, Lara y Axis. Después del protocolo de evacuación, el funeral de Cárter y que todos los experimentos fuesen enviados con especialistas de Ederdig, ya no había nada que hacer, al menos nada que necesitara nuestra presencia inmediata. Todos debíamos irnos a nuestras casas pero, ¿A dónde iríamos Jeremy y yo? Si el hogar de él había sido desmantelado, y el mío ni siquiera había existido. Fheryx nos había tendido la mano, nos inculcó y nos dijo que nosotros éramos parte de su equipo, y más que eso, éramos una familia, y que cualquier cuartel de Ederdig éramos bienvenidos. Ciertamente, ni Jeremy ni yo soportaríamos volver al bunker, a permanecer aislados entre las paredes, y los pisos por los que había transitado Cárter sus últimos días, en donde habíamos sido una familia, en donde habíamos sanado, mejorado, reído y llorado.

Fheryx nos llevó con él a los cuarteles generales de Ederdig, en Francia, en el continente europeo. El viaje había resultado asombroso, la avioneta en donde nos transportamos mantuvo sus puertas abiertas, y vimos el inmenso paisaje que se desplegaba bajo nuestros pies, ese día, por primera vez, me sentí feliz de haber salido de Sempiterno, me sentí feliz de que el mundo en el que había crecido hubiese quedado en el pasado, porque este, el mundo real, era increíblemente hermoso, la intensidad de su sol, y la oscuridad de sus noches, sus cambios climáticos, sus selvas y sus animales eran etéreos, encantadores e indescriptibles. Descubrí que el mundo que había creado mi mente había estado limitado, privado y excluido de la bella realidad. De pronto, me sentí en casa y lo único malo que podía decir que había encontrado en este mundo que ahora también era mío, era la mayor parte del porcentaje de sus habitantes humanos, tan egoístas e ignorantes, pasando por alto la magia que les brindaba la vida con su encantadora simpleza.

Fheryx nos había exentado de los entrenamientos por un tiempo, decía que ya habíamos hecho suficiente, que debíamos tomarnos el tiempo que necesitáramos para volver a estar a flote y con la mente al cien por ciento.

Eso habíamos hecho, Jeremy y yo, a diferencia de o que hubiésemos hecho antes, no nos aislamos, reconocimos la perdida y dejamos salir los sentimientos que necesitaban ser libres. A veces, llorábamos entre las comidas, a veces llorábamos cuando todos los demás reían, a veces reíamos mientras todos los otros lloraban, los últimos meses habían sido una montaña rusa de sentimientos encontrados, de emociones marchitando y volviendo a renacer. Katary, al igual que nosotros, había estado en la fortaleza de Ederdig, ella tampoco tenía un lugar adonde ir, como tampoco lo tenían las cien personas que habitan nuestro mismo techo, todos siendo iguales, todos en proceso de sanación y aceptación, sanación de la vida que nos toco vivir, sanación de las heridas que eran casi imposibles de sanar, y aceptación de nuestra fuerza, valentía y resistencia, aceptación de nuestro espíritu gurrero.

SEMPITERNO: Un Nuevo Inicio [Completa] ©✔️Where stories live. Discover now