7. Chisme y fiestas la mejor combinación.

71.7K 4.8K 3.6K
                                    

En OriginalProff el chisme y las fiestas son las prioridades.

Resumen matutino:

Mis papás ya se habían marchado, mamá lloro y papá lloro por ver a mamá llorar y yo termine llorando también por ver a mis padres llorar... Fue todo un momento de lágrimas y mocos viscosos,  todo bastante exagerado cualquiera pensaría que estaríamos años separados cuando en realidad sólo sería un meses y medio y  a cinco horas de aquí...

Mi nariz estuvo congestionada toda la mañana, pero algo me pareció extraño y es que mientras caminaba por los pasillos todos me miraban y susurraban cosas, se codeaban y me señalaban con descaro, como si corriera algún otro chisme con mi nombre.

Una vez tocó la campana para el receso me encamine a la cafetería, pedí unas papas fritas y pollo frito acompañado por una gaseosa... Pronto el lugar se fue llenando...

—Madi, estuve buscándote —la voz de Harold se hizo presente lleve mi mirada al castaño quien pronto tomó asiento a mi lado.

—¿Qué pasó? ¿Me tienes chismesito? —le pregunté dejando ir una risa y subiendo y bajando una ceja.

—Bueno... —metió unas cuantas de mis papas a su boca—. El chismesito son tú y Eliot...

—¿Qué? ¿Yo y el antipático? ¿Por qué?

Parecía que le incomodaba un poco repetir lo que había oído, incluso tenía los hombros tensos.

—Dicen que ayer los vieron... besarse y estar uno casi encima del otro en la biblioteca —me miró—. Es chistoso, Jonathan escuchó el rumor y se puso como loco hasta discutió con Elena. Creo que nunca te conoció realmente.

Reí por lo bajo —A él solo le interesa su abdomen y ser competitivo.

—Estuve a punto de escribirte si de verdad lo habías besado, pero te conozco, si quisieras besar a alguien intentarías me besarías a mi.

Entorne los ojos y sentí mis mejillas arder —Puede ser. Quizá. Probablemente.

—No dijiste que no, así que me funciona.

Bien lo admito, Harold y yo, fuimos pareja una vez, nos gustábamos, estuvimos juntos un tiempo pero no funcionó y decidimos dejarlo.

Pero esa atracción o «lazo» entre ambos siempre existió la mayor parte del tiempo, pienso que confundimos nuestra amistad con algo más, fuimos hechos el uno para el otro pero como amigos, esa era la verdad.

—Dejando de lado nuestra relación de tres semanas fallida.

Él soltó una carcajada y se cubrió los oídos un instante —Dios, ¿Por que se nos ocurrió eso?

Reí —Éramos como un matrimonio de señores mayores del nuevo nivel de confianza que desarrollamos juntos.

Él me miró, su mirada se iluminó un segundo, sus manos ya habían descendido a la mesa otra vez.

—¿Recuerdas cuando fuimos a casa de Clay a comer con sus padres y fuiste al baño y tapaste el retrete?

La carcajada salió de mi garganta por inercia me cubrí la cara, era vergonzoso recordar eso —Te llame para que me ayudaras y cuando llegaste lo que hiciste fue preguntarme porque la caca era tan larga.

La carcajada que dejamos salir resonó en todo el lugar, mi abdomen empezó a quemar, la risa de Harold se tornó chistosa y empecé a reír más fuerte, en pocos segundos llegamos al punto en que terminamos llorando de risa.

—Te juro que son momentos premium de mi vida —confesó limpiándose las lagrimas.

Mis ojos estaban en él —Sí, pienso lo mismo.

Cartas con destino al cielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora