14. El alborota hormonas.

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Eliot papasito Lacroix, alias: "el alborota hormonas".

Eliot había aparcado frente a mi casa, tomé mi mochila y bajé del auto —Gracias por traerme y admito que aún me parece una locura que me pidieras destruir tu auto...

—El auto tiene un buen plan de seguros.

Sonreí un poco y cerré la puerta, pronto la ventana del auto descendió —Oye...

—¿Qué? No soportas que me vaya de tu lado.

—Que graciosa. No. Yo... Estos días días después de haberme entregado ambas cartas respetaste tu palabra, dijiste que no me volverías a molestar y no lo hiciste, al contrario. Y yo, quiero decir soy yo quien te ha estado chantajeando con tu celular para que hagas lo que quiero —rasco su nuca—. Escuché cuando tu ex dijo que esperaba ver cómo reaccionaría yo después de ver las cartas.

—¿Estabas ahí?

—Sí. Y me molesta admitirlo.

—Eres un pequeño chismoso ¿eh?

—Sonó ridiculo eso.

—Lo sé, en mi mente sonaba mejor.

En la cara se le veía un claro "No puedo creer que estoy haciendo esto"

—Volveré a hacerlo. Fingiré que somos pareja. Solo si prometes no llevar esta farsa más allá de la fiesta.

Respire hondo —De acuerdo.

—¿Después de la fiesta se acaba la farsa?

Asentí —Después de la fiesta se acaba.

Él solo subió la ventana del auto y se marchó.

Toda la tarde estuve pensando en lo qué pasó en el instituto, y no podía soltar la idea de que Harold sabe lo que planea Jonathan en la fiesta y por eso no quiere que vaya.

Ya era de noche, estaba acostada en el sofá de mi casa, no quería darle explicaciones a los papás de Harold y tampoco quería escucharlos discutir, era algo irritante.

Había buscado una de las botellas de alcohol del minibar de papá y ya llevaba media botella, tomé el mando del televisor y empecé a pasar canales ¿Como iré mañana al instituto?

De acuerdo, Eliot me ayudará, fingirá ser mi pareja pero... La mayor parte del tiempo se le nota por encima de la piel que no le agrado. Y así jamás convenceremos a nadie.

No era buena haciendo esto.

Eliot tiene razón, esto es estupido. Y si quiero hacerlo bien debo estar atenta a mis piezas, dejar de pensar en cómo reaccionar o actuar si Jonathan hace algo y empezar a pensar en qué hacer para que todos dejen de pensar que yo soy la ex obsesionada.

Elena estaba engañándolo con Clay, y me aseguro que en la fiesta se vengaría de él por tratarla tan mal y usarla.

Dos golpes son más dolorosos que uno.

Iré a la fiesta, solo debo buscar la forma de hacerlo quedar mal y humillado ante todos. Será en su propia casa y en su cumpleaños ¿Qué mejor lugar?

Jamás olvidará su regalo de cumpleaños.

Porque al igual que en el ajedrez una vez haces la primera jugada no hay vuelta atrás. Empezamos con la estupida pelea, porque lo admito si es estupida pero empezaré a jugar bien... Ahora lo haré.

La puerta principal se abrió —¿Madison? —la voz de Harold hizo presencia—. ¿Estás aquí?

Me puse de pie y caminé con torpeza hacia la entrada con mi botella en la mano.

Cartas con destino al cielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora