29. El Dúo Metiche.

52.6K 2.9K 1.8K
                                    

A partir de hoy, Madi y Harold serán llamados: El dúo metiche.

—¿Estas demente? —casi me escupió en la cara.

—Harold solo quiero...

Se acercó a mi y susurró —Que entre a la habitación de...

—Cálmate no es la gran cosa.

—No qué va. Hazlo tú. Pero no claro, mandas al más tonto de los dos. Madison no. Me niego rotundamente.

—Harold. Ya. Dios mio. Escucha.

—No, ya esto se paso ¿qué hago si me ve? ¿Qué le digo? "Ay, perdón pensé que era el baño" No me va a creer eso, en primer lugar, y en segundo...

Le sujeté la cara con mis manos y apreté sus cachetes —Cálmate —retiré mis manos despacio.

Se frotó la cara frustrado diciendo: —Dios, por favor dime ¿qué hago con ella?

Le di un golpe en el hombro —Solo escucha, Eider hablaba de un supuesto encargo ¿no? —asintió—, bueno, a Eliot le han estado cambiando las pastillas para su trastorno y creo que...

—Espera, ¿qué? —casi pareció confundido—. ¿Cómo que trastorno?

¿Le había contado eso antes?

Me miró con atención y un poco de preocupación.

No, creo que no se lo conté.

Suspiré diciendo: —Creo que te lo mencione, y si no lo hice pues es eso, Eliot tiene un trastorno explosivo intermitente y usa medicamentos y estos últimos días alguien se los ha estado cambiado.

Frunció el ceño y su expresión facial era la viva representacion del "Por favor que no sea lo que estoy pensando"

—Madison, ¿qué tratas de hacer?

—Solo quiero cuidarlo.

—Ah —sonrió falsamente—. Te graduaste a escondidas de guardaespaldas, qué maravilla.

Me froté la sien —Ay, solo te pedí un favor...

—Madison todos los favores qué me pides tienen que ver con Eliot, ya para —suplicó algo dolido—. Por favor.

Mi corazón se aceleró un poco. Él siguió: —No puedes seguir así. ¿Trastorno? ¿Cuidarlo? Pensé que eras su novia, no creí que fueras su doctora y guardaespaldas.

—Tú no lo entiendes, Harold.

—Explícamelo. Hazme entender.

Lo pensé un instante y escuché de fondo la voz de Eliot y de su padre, hablaban de una reunión mañana en la empresa.

Harold esperaba expectante por mi explicación, me resigné y se la di.

—Eliot... Eliot tiene y tuvo una vida complicada.

Desvío la mirada con aburrimiento. Con ese tonto gesto que siempre hace cuando se cansa de escuchar algo muchas veces.

—Su padre fue y es malo con él, ya te diste cuenta de como lo trata —añadí y lo hice mirarme—, intentó matarlo cuando era un niño. Y lo volvió a hacer hace unos meses.

Frunció el ceño, incrédulo.

—Estoy segura que fue él quien ocasionó el accidente. Y lo de ese encargo estoy segura y tiene algo que ver con la medicación de Eliot —hice una pausa para asegurarme que Eliot y su padre seguían conversando y así era—. Eliot tiene un trastorno explosivo intermitente. Eso lo hace tener arranques de ira y debe medicarse para controlarlos... Los últimos días su medicación fue alterada ¿lo entiendes?

Cartas con destino al cielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora