Narra Mónica
Pasamos una noche de amor estupenda, sin pensar y sin planear, hicimos el amor, bebimos vino mientras desnudas comíamos bombones y trozos de fruta, nos relajamos en el jacuzzi del baño y ya de madrugada nos dormimos.
Desperté temprano en una cama xxl con unas sábanas blancas de algodón egipcio que te invitan a no querer salir de ella, Vanesa seguía dormida, la atraje hacia mí y me la acurruqué en mis brazos, dejándole después besos en su frente y su pelo. Estaba preciosa, con todo el pelo alborotado y sin gota de maquillaje, ahora no era la artista, era Vanesa Martín, la persona que me había robado el corazón y a la que quería con locura.
V.- Mmmmm ¿Cuánto rato llevas despierta?, me vas a desgastar...
M.- No te miro a tí...
V.- Ah claro je je.- dijo apretándome más el abrazo
M.- Miro a mi mujer, a mi Vane
V.- La Vane y la Moni
M.- Je, je, je...
V.- Tendría que hacer yo una letrita para estas dos
M.- Seguro... no quiero pero...
V.-¿Pero?
M.- Hay que levantarse, en seguida vendrá el botones a por el vestido y todo lo demás y vamos a estar en pelotas todavía...
V.- Un poquito más por favorrrrr, se está tan a gustito, aquí contigo, mi piel, tu piel, y estas sábanas....
M.- Son una maravilla, ¿Verdad?
V.- ¡Espectaculares!
M.- El lujo señorita Martín, el lujo...
V.- Pues oye... de vez en cuando no está mal darse un capricho, ¿No crees?
M.- En este punto te apoyo al 100%, algún capricho viene muy bien...¿Tienes hambre?
V.- Querría un café la verdad...
M.- Venga vamos a ducharnos y ya nos marchamos y nos lo tomamos por ahí, ¿Te parece?
V.- Vale, además hace una mañana estupenda
M.- Pues venga.... ¿Vienes?
V.- Claro bombón, como dejarte solita...
Narra Vanesa
Menuda tarde, menuda noche, menudo todo, menuda mujer que tengo a mi lado. A veces me pregunto si la suerte te viene o hay que buscarla, creo que con Mónica me vino sin pensarlo y no puedo ser más afortunada.
Pasamos una noche estupenda, aprovechando todas las bondades de la suite del Ritz, salimos juntas por la puerta principal, esta vez Carlos el botones de la tarde de ayer estaba en la puerta y nos abrió la puerta-
C.- Señoritas, que tengan un buen día
V.- Gracias Carlos, igualmente
Ya en la calle....
M.- ¿Carlos?
V.- Carlos, el botones, si... nos regaló los bombones
M.- Mira que majo
V.- Venga, vamos a buscar una buena cafetería, necesito cafeína en vena
M.- Y algo de dulce ¿No?
V.- Vale, cafetería con bollos
M.- Así me gusta.- dije cogiéndole la mano, ella no me la retiró sino todo lo contrario, me acercó y me cogió por la cintura y así paseando con el sol mañanero de Madrid llegamos a una cafetería y nos dispusimos a desayunar.
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Siempre, 7 veces si.
General FictionSegunda parte de 7 veces siempre, seguimos con Mónica y Vanesa, su vida y su historia, eso sí totalmente ficticia.