Narra Mónica
Ya nos decidimos a salir del mar, chorreando agua, sólo con las braguitas y juntas de la mano comenzamos nuestra aventura en pelotas para llegar a nuestra habitación.
Llegar de la arena al hotel fue sencillo, no nos cruzamos con nadie, porque a esas horas en el hotel los huéspedes si que están en sus habitaciones pero el personal del hotel aprovecha para ultimar terrazas, limpiar piscinas, etc... y el tema de que nadie nos viera se complicaba un poco.
M.- Venga, ahora, vamos.... están cotilleando entre ellos, es el momento
V.- Si, venga.... a ver si podemos coger algo por ahí para taparnos las tetas....
M.- Ay madre, no quiero ni pensar si alguien nos pilla así...
V.- Venga tira deprisa.- me dijo Vanesa con tono presuroso
La adrenalina nos fluía a mil por hora por las venas, conseguimos atravesar la zona de las terrazas y piscinas comunes, ya enfilábamos el pasillo de las villas cuando oímos una voz que nos demandaba atención...
-¡Señoritas!
V.- No te vuelvas por lo que más quieras
M.- Madre mía, no llegamos...
-¡Señoritas!, ¡Disculpen!
V.- A la de tres corre como si te persiguiera un león
M.- Vale
V.- Una ,dos..
M.- Tres, corre, corre
-¡Señoritas!,¡Disculpen!, ¡Señoritas!
Narra Vanesa
Corriendo, descalzas, en pelotas, con alguien llamándonos insistentemente, justo cuando casi vamos a llegar a nuestra villa la cual nos hemos dejado abierta de para en par, nos encontramos con otra persona del hotel que viene directa hacia nosotras...
V.- ¡Mierda! ¡Joder!
M.- Plan B, Vanesa, piensa algo
V.- ¡Y que pienso!
Estábamos atrapadas, por delante y por detrás por personal del hotel, una era Hortensia, la gobernanta del mismo, la conocimos cuando llegamos, fue la que nos enseño la villa y un poco las instalaciones y por detrás nos estaba llamando Pedro, nombre que descubrimos gracias a Hortensia lo llamo...
H.- ¡Pedro! Puedes marcharte, yo me ocupo
P.- Pero señora Hortensia... las señoritas...
H.- Yo me ocupo, puedes irte, muchas gracias...
Cuando nos reconoció y vio en las condiciones en las que nos encontrábamos, cogió un par de toallas de una de las villas que se estaban secando en la terraza y nos dio una a cada una para que nos tapáramos.
H.- Tengan muchachas, je, je. Suerte que me encontré yo con ustedes
M.- Ay, señora Hortensia, ha sido usted un ángel de la guarda
V.- Mil bendiciones para usted Hortensia, de la que nos ha librado
H.- Ustedes no saben que no se puede bajar de noche a la playa, es peligroso.... el personal de seguridad del hotel no cubre la playa de noche... y si les pasa algo
V.- Bueno... no lo pensamos la verdad
H.- Hay noches en las que si que se puede bajar, pero ya se avisa por parte de la dirección del hotel pero hoy no es una de esas noche especiales...
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Siempre, 7 veces si.
General FictionSegunda parte de 7 veces siempre, seguimos con Mónica y Vanesa, su vida y su historia, eso sí totalmente ficticia.