Capítulo XXVII || La batalla de Möwenbucht

7 1 0
                                    


 GÁLICA


Al amanecer, las tropas se movían de un lado al otro, los herreros colocaron sobre las mesas los espadones y las hachas arrojadizas, las lanzas y los arcos y carcajes llenos de flechas. Mientras que los guerreros y doncellas de la guerra pasaban a tomar las armas. Y se fueron a formar en filas antes de salir por las puertas. Ser Bruno había insistido en ver a las tropas antes de salir, sentado en su silla y siendo cuidado por dos doncellas de la guerra.

Gálica se ajustó los guantes de montar, al lado de ella una guerrera llevaba la corona en sus manos. La mujer le pasó a la reina su corona y Gálica se la colocó sobre la cabeza. Al lado de ella estaba Helga y Ronan. Andreas estaba esperando en la entrada de la ciudad junto a Reisser.

—¿Estás seguro de esto Andreas? —Le preguntó Gálica al caballero. Andreas la vio y esbozó una sonrisa. —Te puedo dar más hombres...si así lo requieres. —Repitió Gálica.

"En serio no quiero que te pase algo Andreas". Se dijo a sí misma la reina.

Andreas después de todo había resultado ser muy valioso para ella, pero más que eso. El muchacho se había convertido en su confidente.

—Estaré bien Gálica. Zuckerwasser estará menos defendida que este lugar. —Respondió Andreas.

—No tiene nada de qué preocuparse alteza, ya que yo iré con él. —Respondió Reisser.

—¿Tú, Reisser? ¿Pensé que te quedarías aquí en Geldbruck a proteger el fuerte? —Preguntó la reina.

—No podría permitir que algo le pasará a mi hermano Mondesohn. —Dijo Reisser y colocó el brazo en el hombro de Andreas. —Nos encargaremos de todo, alteza y cuando regresen de la batalla, encontrarán las bodegas repletas de comida.

Gálica sonrió. —Muy bien Reisser. Cuento con ambos. —Entonces Gálica también colocó su mano sobre el hombro de ambos. —Que el Semental de Fuego llené de valentía y fuerza sus corazones mis caballeros.

Gálica entonces se fue caminando hacia su caballo.

—Cuídate allá afuera, Gálica. —Dijo entonces Andreas. Gálica quedó sorprendida...la reina miró por sobre su hombro. Y sonriendo pícaramente dijo. —Siempre...

Entonces la reina montó su caballo y lo hizo dar la vuelta para afrontar a sus tropas, los guerreros se veían ansiosos por entrar en batalla, Gálica sabía que tenía que aumentar los ánimos de sus tropas, casi al punto de que entraran en frenesí. Ya que ella no sabía a cuantos hombres se enfrentaría allá en Möwenbucht.

—¡Stahlander! ¡Estos Esterreichii cobardes tienen miedo de enfrentarnos aquí, o en el campo de batalla! ¡Por lo que ahora irán por nuestros barcos! ¡Pero no les dejaremos, los atacaremos con la furia de Aeger! ¡Les recordaremos que Aeger es el dios de la guerra y nosotros somos sus descendientes! ¡Por Stahland!

—¡Por Stahland! —Gritaron los hombres de Gálica. Entonces Gálica hizo marchar su caballo a través de las puertas y con ellos su ejército se desplazó. A su lado derecho cabalgaba Ronan y a su lado izquierdo Helga.

—¿Cómo ves nuestras posibilidades de victoria alteza? —Le preguntó Helga.

—Obviamente ganaremos. —Irrumpió Ronan en la conversación. —Recuerda que estos son Esterreichii, no son guerreros, ni hombres, son solo un poco más que niños, puros cobardes.

—Gracias Ronan por darme una opinión que nunca te pedí. —Respondió Helga. —Quisiera saber la opinión de la reina Gálica, no la tuya. Ella es quien da las ordenes...

La Última Reina II: Confrontación de Coronas.Where stories live. Discover now