La Última Reina II: Confrontación de Coronas.

Capítulo LIV: Locura

GÁLICA

El mar tormentoso hacía tambalear los barcos de Gálica Kreuz, la reina tenía dificultades para levantarse de su cama y poder moverse. Pues el barco se mecía constantemente entre un lado y el otro. Gálica miró por el portillo, los cielos estaban ennegrecidos, y el mar solamente era iluminado por la luz de los rayos. El agua parecía ondular y por un momento Gálica vio escamas surgir entre las olas. Sintió miedo por un instante, y si era cierto y Jurgamungander era real, si La Gran Serpiente era real, y había venido tras ella para acabar con todo. Y acaso podría negarse o pelear en contra. Nada ni nadie sobrevivía a las fauces de Jurgamungander, además, por primera vez, Gálica estaba completamente sola, Su padre había muerto, su madre había muerto, su hermano Frolo y su hermano Karlo estaban muertos. Y ahora, solamente quedaba Dana. Si es que aún estaba con vida, sí es que aún estaba ahí.

Entonces Gálica se levantó de golpe y salió de su camarote, el resto de los guerreros le observaron. Ronan quien estaba recostado en la hamaca fue el primero en percatarse de ella.

—Gáli...ca. —Fue lo único que logró pronunciar Ronan todavía adormecido. Gálica no le prestó atención, y continuó su camino, por el corredor de la embarcación hacia la cubierta. En el suelo las botellas vacías de vino que la tripulación había logrado robar de Geldbruck.

Gálica subió por las escaleras, los escalones estaban empapados por el agua de mar y la lluvia. Cuando Gálica salió a cubierta pudo ver el mar embravecido.

Entre las olas pudo verlo, las gigantescas escamas de Jurgamungander, "¿Acaso estaría jugando con nosotros antes de devorarnos, o simplemente nos llevaría a una tumba subacuática?" Entonces Gálica sintió que la agarraron del brazo. Era Ronan.

—¡Gálica que haces! ¡No es seguro estar aquí! —Gritó Ronan. Mientras el violento mar arrojaba sus heladas aguas contra la tripulación en la cubierta.

—¡Ahí está, Ronan! —Exclamó Gálica. Y apuntó con su dedo índice hacia las tormentosas aguas del oscuro mar.