La tercera mujer de los ojos verdes

3 1 0
                                    

Y MIENTRAS UN NIÑO, que se convertía en sombra, sollozaba entre las cuatro paredes de su habitación, otra mujer, muchos años después, continuaba aterrada ante la posibilidad de ver su rostro en cualquier reflejo.

Ella, de piel pálida y enfermiza, cerraba los ojos cuando pasaba frente al espejo. Actuaba así, porque enfrentarse a su reflejo tenía un significado muy claro: recordar la verdad. Y la verdad era truculenta y espeluznante.

Lo peor de esta historia, de tono oscuro y luctuoso, es que ella, de entre el resto de mujeres de ojos verdes, era la única que no tomó ninguna decisión, sino más bien, sufrió las consecuencias de los caminos que eligieron las otras.

Y así, algo tan pequeño como el aleteo de una mariposa puede causar un huracán al otro lado del mundo. Un huracán catastrófico cuyas consecuencias conducían a aquella chica pálida al terror y a la desesperanza.

Aunque... ¿era demasiado tarde? Tal vez, si alguna de las otras mujeres despertaba y accionaba el gatillo de su conciencia, todavía podían evitar el trágico final al que se enfrentaba.

Los 3 suicidios de Marcos RuizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora