La primera mujer de los ojos verdes pensaba en una persona

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La primera mujer de los ojos verdes pensaba, muchísimos años después, en lo enamorada que había estado... en que ese amor, convertido en obsesión, había sido el causante de tantas decisiones incorrectas.

Se acordaba de sus besos, de sus sonrisas, de sus ojos verdes... se acordaba de sus palabras, de sus abrazos y de su pelo negro... se acordaba de sus caricias, de sus rabietas, y de su voz similar al sonido de un susurro...

Y cuanto más se acordaba de todo eso, más pequeños eran los añicos que formaban su corazón.

Ella sabía que si no hubiera aparecido en la vida del chico, ahora hombre, de ojos verdes, nadie habría muerto, la segunda chica de ojos verdes no se habría marchado, y a la tercera chica de ojos verdes no le daría miedo mirarse en el reflejo del espejo.

Pero claro, ella, cuando llegó, todo lo que quería era vengarse de personas como Álex, porque odiaba a los abusones, de personas como Ana, porque odiaba a la gente que reía las gracias a los abusones, de personas como el chico de los ojos verdes.

Y cuando la mujer de los ojos verdes se dio cuenta de lo que había hecho se arrepintió, porque ella, en el fondo, aunque tenía el corazón hecho añicos, no era una mala persona. Y por eso, después de haberse ido, volvió, porque pensaba que si volvía podría matar al coco y salvar al chico de los ojos verdes.

Los 3 suicidios de Marcos RuizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora