Llegué a casa asustado. Invadido en el recuerdo de lo que había pasado esa noche. Y la noche anterior: ¿cómo iba a olvidar que Fran violó y mató a Ana a pocos centímetros de mí?
Mi hermana Érika me estaba esperando en el sofá de casa. Tenía el rostro asustado. Y había estado llorando toda la noche.
—¿Dónde has estado? —me preguntó.
¿Qué podía contestarle? Tenía la ropa manchada de sangre. Y ella lo estaba viendo...
—Salí de fiesta —contesté poco convincente.
—¿De fiesta? —preguntó con retintín.
Y nos quedamos mirándonos, congelados bajo pensamientos contrapuestos. En el fondo sabía lo que ella estaba pensando.
—¿Has visto las noticias? —me preguntó.
—¿A qué te refieres? —contesté sabiendo perfectamente a lo que se refería.
Ella se levantó y se acercó a mí. Se acercó a observar la sangre desde cerca, la sangre que me convertía en el asesino de Ana.
—¿Has matado a Ana? —me preguntó, reflejando sus ojos verdes en los míos, y clavándolos con juicio, acusándome sin decir nada.
Y entonces, sufrí un bloqueo, caí al suelo y empecé a golpearme con estruendo. Esta vez fue muy fuerte, demasiado fuerte, tan fuerte que...
Casi...
Solo unos minutos más tambaleándome.
Y entonces...
Hubiera abandonado a Érika.
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Los 3 suicidios de Marcos Ruiz
Mystery / Thriller¿Si pudieras dar un paso atrás cambiarías algo de tu vida? ¿Si hubieras hecho algo malo, tan malo, que pudiera repercutir en que una persona quisiera quitarse la vida, podrías dormir por la noche? «-Marcos, deja de jugar -dijo la voz de Sarita».