Desbloqueándome (2)

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—Hola, amigo —me dijo el hombre de la muerte recordándome, en un segundo, todo aquello que había olvidado.

Recordándome que violó a Sarita, recordándome que violó y mató a Ana, recordándome que mató a Álex. Recordándome tantas cosas, que de pronto, de nuevo, me sentía el chico más infeliz del mundo. Y entonces, dijo esas palabras, que yo siempre odiaba:

—Marcos Ruiz, el niño de los ojos tristes.

Y en ese momento, viendo la soledad de la calle, el aislamiento de la gente, y que la chica de ojos verdes de la que estaba enamorado se estaba duchando, empecé a temer por su vida. Y la vida de la chica de los ojos verdes que había robado mi corazón era mucho más importante que mi vida.

Así que, ante el miedo de que él volviera a hacer lo que siempre hacía, mirarme con esos ojos verdes que me bloqueaban; ante el miedo de ver cómo violaba a la chica que me había devuelto la sonrisa, me arrodillé en el suelo y comencé a suplicarle:

—Haré lo que me pidas. Me marcharé de aquí, si quieres, pero no le hagas daño. Es una persona de buen corazón, de un corazón tan bueno como el de tu mamá cuando te llevaba al cine a comer palomitas del cubo grande.

Y cuando le mencioné a su madre, sus ojos brillaron como si fueran esmeraldas. Y los ojos verdes de coco se disolvieron en ojos tristes.

—Solo quiero salvarte de lo que me pasó a mí. Conocí a una chica muy guapa, cuando era un niño, le conté todo sobre mi vida, y utilizó todo eso para destrozarme, le conté hasta lo que el coco de ojos oscuros le hizo a mi mamá, le conté que pintábamos la pared cada año con pintura nueva porque la mancha de sangre parecía volver a reproducirse.

» Una chica que me enamoró, y me hizo creer que la felicidad era un camino alcanzable; pero me engañó, Esmeralda me engañó, como hicieron todas las que vinieron después. Así que solo quiero protegerte, porque yo te amo, te amo porque somos los dos únicos amigos que existen en este mundo.

Y de repente, los ojos de coco volvieron a apoderarse de los ojos tristes, que, a su vez, hace años, se apoderaron de los ojos verdes.

Y cuando los ojos de coco me miraron, como solían mirarme, ¿sabéis lo que pasó? Pasó algo muy triste. Caí al suelo de nuevo, y me bloqueé mientras veía a Fran entrar a la casa donde iba a acabar con el amor de mi vida.

Los 3 suicidios de Marcos RuizNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ