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— Hey, ¿Así que ya han tenido el reencuentro?— Evan salió del baño y se dio la mano con su amigo

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— Hey, ¿Así que ya han tenido el reencuentro?— Evan salió del baño y se dio la mano con su amigo. Eddie miró a Augustine y la chica esquivó la mirada ¿Por qué Eddie hacía eso?

Lo hace para enamorarme más— pensó la chica, quien no sabía cómo lo haría para poder aguantar un año entero de convivencia constante con él, sin querer que pase algo más entre los dos.

Eddie sonreía a propósito, le encantaba cómo la chica se sonrojaba cuando estaban juntos, sabía que Augustine podía ceder a él ante cualquier estímulo, el más mínimo, y le gustaba mantener esa dinámica entre ambos. Se le hacía una chica más que divertida, pero por lástima él no estaba interesado en enamorarse, le gustaba más quemar el tiempo tocando guitarra, o quizá jugando Dungeons & Dragons, junto a Evan, claro.

Eddie no era de fiestas, pero le gustaba beber cerveza y quizá venderle hierba a los chicos del pueblo, tenía sus lugares secretos donde lo hacía, llevaba una cajita pequeña, como una lonchera, y de ahí sacaba los gramos antes pesados, no se sentía completamente orgulloso de su trabajo, pero con ese dinero compraba sus vinilos, y guitarras. Vaya pasión por la música que tenía. Evan, no era muy distinto a Eddie, y por ese motivo se la pasaban peleando con su hermana melliza, Augustine era la señorita perfección a juicio de su hermano, y no es que ella fuera un plomo, o una chica engreída,  incluso rayaba en ser aburrida y extremadamente comprensiva con el resto, según las propias palabras de su hermano, a su hermana le faltaba más diversión.

— Pues claro— Eddie miró a la chica—Se te extrañaba bastante— Se sentó en el sofá.— ¿Los convocados para hoy?— Eddie preguntó divertido, cambiando abruptamente de tema.

— ¿Es en serio lo de la fiesta?— Augustine miró a su hermano— Supongo que le has pedido permiso a papá.

''Supongo que le has pedido permiso a papá''— Su hermano la imitó y le lanzó un cojín. Augustine lo tomó en el aire y se lo lanzó, Eddie se divertía al verla así, le gustaba cuando la sacaban de su estado natural de calma— No jodas Augustine, es un mega secreto. Además, llegará el Domingo, creo que hay tiempo de sobra como para que ordenemos— Apuntó también a Eddie— Tú eres el tercer mellizo, estarás en el desorden y en el orden— Augustine puso sus ojos en blanco, el hecho de que Evan tratara de integrar tanto a Eddie como un hermano más, le hacía sentir asco cuando tenía pensamientos con él, y eso era justamente lo que no quería que pasara. Eddie Munson era como su placer culpable, si él se la llevara a lugar más oscuro en plena fiesta, ella jamás opondría resistencia— Yo creo que Wayne debiera de casarse con papá y así vivimos todos en comunidad, pasaríamos  los cuatro bebiendo cerveza, y Augustine, bueno, Augustine podría simplemente ser una invitada recurrente— Bromeo el chico y su hermana le pegó un codazo.

— Eres un imbécil— Eddie la veía enojada, le gustaba la forma que adoptaban sus cejas cuando algo no le parecía, y sus mejillas se tornaban un poco rojizas— Asumo que viene Steve, ¿y Billy?— la chica no lo conocía mucho, Billy había llegado hace poco al pueblo, y coincidía con su entrada a la universidad, motivo por el cual nunca lo llegó a conocer más allá. Era guapo, mucho, pero caía casi en la perfección, no tenía esa sonrisa que Eddie Munson tenía, ni sus labios, ni ese cabello imperfecto y a la vez perfecto, y las chaquetas de cuero le quedaban mucho mejor que a cualquier chico de Hawkins.

La chica quería volver a su cuarto a dormir, y así fue, llegó hasta su habitación y se tiró en la cama. El teléfono comenzó a sonar.

— Hola — escuchó a través de la línea telefónica, con esa voz que tanto conocía.

— Marianne—Habló alegre , era su mejor amiga de la universidad, y la verdad es que el retorno de su amiga la tomó por sorpresa, se querían demasiado, y claro, eran como el agua y el aceite, pero por algún motivo mágico, eran más que unidas— Qué gusto escucharte— soltó Augustine.

— Te extraño, perra—La chica habló divertida—¿Y dime qué tal esos chicos de Hawkins? 

Ni la propia Augustine sabía realmente por qué pensaba en Eddie al escuchar la palabra ''chico'' en el sentido de chicos que estaban buenos, aunque la respuesta era obvia, Eddie Munson estaba en un nivel superior en comparación a todos los chicos con los que había estado, y no es que Augustine sea una experta en el amor y en acostarse con chicos de su universidad, pero a medida que pasaban los años, Eddie se le hacía incluso más imposible, y ella sabía que Eddie sabía cómo ella lo miraba, sabía que Eddie sentía todo ese deseo, y él se hacía incluso más imposible.

— Lo mismo de siempre, cuando te digo que acá en Hawkins no encuentras nada bueno, hablo en serio, es decir sólo convivo con los amigos de Evan y los amigos de Evan son como mi hermano, y no. Aunque la tienda de mi padre está por abrir, así que ya que pasaré tiempo completo atendiéndola, es posible que me sirva para ver qué tal está la cosa— La chica habló divertida, ella no solía mostrarse de esa forma frente a su familia, sólo a su madre le revelaba sus más íntimos secretos, como a los catorce, cuando le dijo que encontraba lindo a Eddie, y a los dieciséis, cuando vio a Eddie besarse con Iris Sanderson y corrió a llorarle. Su madre le dijo que los chicos en general eran unos idiotas y que Eddie era un buen chico, pero no dejaba de ser un hombre, y que probablemente en algún momento él se daría cuenta de lo linda que Augustine era y con los años se volvería loco por ella. Augustine creció gran parte de su adolescencia creyendo aquello que su madre le dijo, porque para la chica, todo lo que saliera de la boca de Sarah, su madre, era la verdad. Pero claro, con el tiempo se dio cuenta de que su madre sólo se lo dijo para calmar su corazón.

— Aburrida, pensé que te convertirías en una máquina de chicos allá. Supongo que los pueblerinos son más dóciles— Marianne hablaba divertida. Augustine largó una carcajada, si tan sólo Marianne supiera que su corazón lo habitaba un pueblerino de esos que su amiga decía, se volvería loca.

— Tonta, te extraño— soltó la chica.

—  Yo también te extraño— Soltó su amiga a través de la línea telefónica—Hablamos al rato, mamá quiere que vaya por cigarrillos— soltó la chica y Augustine se imaginó la cara de su amiga.

— Vale, hablamos— Cortó la llamada y se percató de que Eddie estaba en la habitación. La chica pegó un saltito y Eddie se burló de ella— ¿Quieres que me muera? Casi me ha dado un infarto ¿No te han dicho que es malo espiar conversaciones ajenas?

Por último entras mientras me cambio de ropa—pensó la chica.

— Lo siento— Eddie se hizo el desentendido— ¿Así que en Hawkins no hay nada bueno?— Eddie se tumbó en su cama, la verdad no era la primera vez que lo hacía , Eddie conocía cada milímetro de esa casa.

—  Pues no— soltó la chica, evitándolo—¿Te parece que hay algo bueno?

— Hay lindos paisajes, un laboratorio medio extraño, un chico sin dientes— Eddie bromeó, todos conocían a ese tal Dustin Henderson. Augustine rio—¿Y yo? ¿No te gusta volver a verme?— la chica quedó inexpresiva.

Claro que le gustaba volver a verlo.

— ¿Y por qué debería gustarme?— Augustine se acercó a él, de una forma jamás pensada. Eddie le regaló una sonrisa. Él sabía perfectamente a lo que jugaban— No te creas tan importante, tú eres del bando de Evan, no del mío— soltó la chica.

—Wow, al parecer la universidad te ha vuelto una chica con carácter.— Eddie soltó gracioso, mirándola fijamente—De todos modos me gusta.

— Eddie soltó gracioso, mirándola fijamente—De todos modos me gusta

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Evermore  (Eddie Munson) TERMINADA ✔️ Where stories live. Discover now