Eddie estaba lejos de ser lo que Augustine White buscaba, se conocen de toda una vida y ella muere por él en secreto. Eddie se transforma en el demonio favorito de Augustine, y ella está dispuesta a arder en su infierno.
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Augustine lo llamaba todos los días, pero Eddie pasaba de las llamadas porque sabía que era ella, Wayne le preguntaba que por qué no contestaba los llamados, pero él le decía que no tenía ganas de hablar con nadie, le había contado a su tío todo el drama con la chica , omitió ciertos detalles, pero al menos dejaba a su tío al tanto de la situación. Él no quería ser su amigo, la amaba y creía que era el amor de su vida, pero si ella estaba mejor así, sin él, entonces simplemente él debía hacerse a un lado, de cierta forma comprendía que estaban llevando el duelo de dos formas distintas, probablemente la manera en que Eddie lo llevaba era autodestructiva.
Era principios de diciembre, la nieve hacía sus primeras apariciones, el centro comercial tocaba esa música navideña, ofertas de luces en las vitrinas, había un Santa tocando el saxofón de más de un metro en pleno Mall, los niños corrían felices, era la maldita temporada donde las personas infelices se sentían más infelices aún. Steve Harrington todos los años se iba con sus amigos a una casa que tenía con su familia cerca del lago, aprovechaban diciembre porque los alrededores estaban cubiertos de nieve, Eddie Munson, Evan y Augustine White siempre iban, y el resto de invitados iba variando según el nivel de amistad que tenían, ese año, para bien o para mal, estaba Billy Hargrove, Eddie y Augustine, Grace y Mindy Scott
Los días de separación para ambos eran terribles, sobre todo porque Eddie no contestaba al teléfono, Augustine creía que eso significaba el quiebre definitivo para ambos, y sufría pensando en qué hubiera pasado si es que no hubieran cortado, ella sabía que no era la mejor opción, pero ella también tenía algo de amor propio, y creía que no era justo sufrir por alguien a quien probablemente no le importaba lo mismo, porque sí, creía que Eddie sólo estaba por estar, quizá por miedo a la soledad en la que estaba comúnmente. Augustine no estaba en busca de un nuevo amor, había reservado su corazón sólo para él, lo tenía con llave, llave que sólo Eddie poseía, y esperaba de todo corazón de que Eddie también tuviera su corazón reservado para ella, ¿Se llevaría a otras a la cama? Y no estaba en posición de reclamarle, pues objetivamente ya no existía un Eddie y Augustine felices por siempre, pero ella estaba dispuesta a ser fiel a su amor y esperar hasta que las cosas pudieran tomar un buen rumbo, quería que fueran al cielo, no al infierno, donde ardían de manera silenciosa.
Steve pasó esa mañana por Augustine y se sentía tan extraño, siempre era Eddie quien pasaba por ella y se inventaba mil excusas para él pasar por ella, pero ahora no fue así, Eddie aceptaba esa separación, entre ambos y pensaba que podía llevarlo de una forma madura.
...
Habían llegado a la cabaña de Steve, era día viernes, y era tan extraño todo, Eddie aún no llegaba donde ellos, y la chica ya estaba nerviosa por volverlo a ver, ¿Hablarían pensaba ella? Y claro que deseaba hablarle, pues ella en ningún caso quería dejar de tener contacto con él, quería verlo, saber cómo estaba, pero Eddie había puesto una barrera , y ella estaba sintiendo ese rechazo por parte de él.
Habían organizado todo para la estadía en la casa, y al menos había habitaciones de sobra, Augustine dejó su bolso sobre la cama que le correspondía, cuando decidió salir de ahí, estaba Billy Hargrove apoyado en el marco de la puerta con una sonrisa.
