Evermore (Eddie Munson) TERMINADA ✔️

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— Tenemos que hablar, Eddie— la chica miraba al piso y Eddie quedó sin expresiones.

— Augustine...te juro que no era mi intención—El chico resopló.

— Era mi cumpleaños...—la chica estaba al borde de sollozar

—Lo sé, lo sé perfectamente y por eso llegué, porque te amo. Salí durante la tarde, me acosté y pues me dormí— Eddie tomó sus manos pero ella se soltó.

—¿Por qué intentas engañarme?— Augustine estaba cruzada de brazos— Te conozco tan bien, podrías engañar a cualquier otra chica, menos a mí.

— ¿Qué dices? ¿Piensas que he vuelto a probar esa mierda?— Eddie actuaba como si estuviera ofendido— la chica miraba como jugaba con sus dedos, no sabía realmente qué responder.

—Pues no sé qué decirte, me preocupo por ti.

— Por eso me has llamado toda la semana, tienes un novio que es un drogadicto y vives con miedo de que me muera— habló irónico y eso terminó por colapsar a Augustine.

— ¿En serio me estás diciendo esto?— la chica preguntó con sus ojos llorosos y lo apuntó— Te he acompañado en todo momento, me he puesto en tu lugar, te he ayudado a dormir, me he entregado a ti en todo sentido, te dije que te daba las oportunidades que me pidieras, y entiendo tu dolor, porque eran los mejores amigos, pero Evan era mi hermano ¿Sabes cómo sufro en las noches, sola en mi pieza? Y no te llamo para que me beses la frente para poder dormir— Eddie quería llorar, pero se aguantaba.

— ¿Me sacas en cara todo lo que haces por mí?— Eddie soltó con dolor— Y sí, sé que era tu hermano, pero somos distintos, no vivimos el duelo de la misma forma.

— ¿Y por eso te drogas?— lo volvió a mirar nuevamente— Y no me importa si lo haces con ketamina o con hierba. Si recurres a esa mierda, teniendo a mí, tu novia, quien te ama y te conoce de toda una vida, deja mucho que desear. Creí que teníamos confianza.

— Estás mezclando las cosas y hablando mieda...— Eddie caminaba de un lado a otro— Te amo, pero esto es algo que me cuesta controlar, tú no estás en mi mente, no piensas lo que yo pienso— Sus mejillas estaban húmedas. Eddie pensaba que Evan odiaría todo lo que estaba pasando.

— Ahora resulta que hablo mierda. Siempre soy la exagerada...— le costaba incluso respirar—¿En serio esto es amor, Eddie?

— ¿Qué diablos dices, Augustine?— él intentó tomar sus manos, pero ella se zafó de su agarre.

— Por mí parte yo te amo, pero no sé si tú sientes lo mismo por mí.

— ¿Cómo eres capaz de decir eso? En cuanto supe que vendrías no dejaba de pensar en ti— el chico llevó sus manos a la cabeza, respiró profundo y la apuntó con el dedo— Dije: Llega Augustine por un año, éste será mi año, ¿Por qué crees que te molestaba al propio? ¿Porque no sentía nada por ti?—la chica evitaba el contacto visual entre ambos—Siempre tuve la sospecha de que podría enamorarme de ti, sólo que antes era un imbécil e inmaduro, y quizás sigo siendo un imbécil y un inmaduro, pero te amo— Eddie pensaba en el anillo que guardaba en su chaqueta, no le estaba pidiendo matrimonio, pero sí quería reservarla para cuando él pudiera casarse con ella, porque él creía que un amor como el de ellos dos, sería para siempre.

— No sé qué decir ni qué pensar, sólo necesito que confieses...

—Vale, sí, he fumado hierba y me dormí, tuve malos pensamientos en la tarde, me he estado torturando. Pensamientos vienen a mí todo el tiempo— El chico soltó sin más— Pero nunca quise fallarte— Eddie besó su frente— Cariño, podemos pasar esto, podemos terminar bien el día, eres mi amor, no amo a nadie más que a ti— Eddie tomó su rostro entre sus manos — ¿O te arrepientes de algo?

— Sí— confesó la chica. El corazón de Eddie se aceleró.

— ¿Augustine?

— Me arrepiento de darte mil oportunidades, porque no creo que pueda tolerarte 998 más. Las cuento Eddie, siempre las contaré—Habló llorando.

— ¿Qué quieres decir con eso?— Eddie apenas podía hablar, comenzó a tiritar— ¿Me vas a dejar?

— Eddie, ¿No entiendes que tú me estás dejando?—ella habló incluso con más dolor—Te amo, pero si seguimos juntos, esto va a terminar mal. Yo no creo que estés preparado para tener una relación.

— ¿Estás cortando conmigo?

— Eddie, podemos hacer una pausa— Ella lo miró a sus ojos marrones que estaban brillantes  por las lágrimas— Podemos seguir siendo amigos, te puedo ayudar en lo que sea, pero...creo que nos estamos haciendo mal. No necesitas sentirte comprometido conmigo.

— Pero quiero que estemos comprometidos...— Eddie se sentó en una banca que había en el jardín. Pensó nuevamente en el anillo que tenía para ella—No quiero una pausa, y menos ser  tu jodido amigo, mierda ,¿Cómo puedo ser tu amigo después de todo lo que hemos hecho? ¿Dónde tienes tu cabeza?

— La tengo en la tierra Eddie, después de todo la tengo en la tierra, y creo que tú la tienes en otra dimensión—la chica suspiró—Hemos sido amigos desde siempre, quizás cuando estés bien puedas buscarme y ser felices, pero no creo que estés bien Eddie.

— No, Augustine, no me puedo conformar con ser tu amigo, ¿Quieres que nos veamos y no me muera de ganas de darte un beso?— Ella suspiró nerviosa, pensaba igual, era igual de complicado, pero tenía tanto miedo de perder eso que tenían ¿Y si Eddie empeoraba?—Responde— habló molesto—¿Y en las noches?¿Crees que podría acostarme con otra chica que no seas tú? Y probablemente dirás: Eddie, eres sólo un hombre, y quizá no me tome demasiado tiempo en buscar una chica a la cual llevarme  a la cama— Aquello le dolió—Pero a ninguna la voy a amar, y es probable que al día siguiente despierte queriendo que seas tú la chica que duerme a mi lado, y eso me hará peor.

— Eddie, lo estás llevando a un extremo.

— No, pero es criminal pedirme eso—Eddie besó sus labios—Eres mi chica y lo sabes— acarició sus manos— He sido un imbécil, y lo siento tanto.

—Sólo quiero lo mejor para ti—Augustine no opuso resistencia  a sus labios.

Steve miró por la ventana, quería saber qué pasaba allá afuera y justo los vio dándose un beso en los labios.

— Pues están arreglando la situación— soltó para todos y siguieron la conversación.

— No es criminal, lo hago porque te amo y también me amo  a mí, ¿Crees que es justo todo este infierno que me das?— Ella lo miró al borde del llanto y al ver sus ojos, lo más profundo de sus ojos marrones, comprendió que en parte estaba siendo egoísta.

—No lo mereces, es verdad Augustine y si estás mejor sin mí, entonces te entiendo. Te amo, y quiero que estés bien, comprendo que he sido un idiota.

— Hey, pero...no quiero dejarte solo— La chica lo abrazó—Quiero ayudarte, podemos ser amigos, y quizá, cuando estés listo, puedas buscarme— Aquello destrozaba el corazón de Eddie, él sabía de después de esos cortes, generalmente no había segundas oportunidades, y si él no mejoraba, entonces dejaría que ella buscase un nuevo amor.

— Está bien— Eddie soltó con lágrimas en sus ojos—Podemos intentar ser amigos, claro— suspiró, porque sabía que ya no había vuelta atrás.

Después de eso, pasaron dos semanas, dos semanas en que Eddie ya no contestaba los llamados de Augustine.