Eddie estaba lejos de ser lo que Augustine White buscaba, se conocen de toda una vida y ella muere por él en secreto. Eddie se transforma en el demonio favorito de Augustine, y ella está dispuesta a arder en su infierno.
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Era día Sábado, Augustine había ido a hacer unas compras al supermercado, cuando llegó no encontró a su hermano, sabía que probablemente estaba con Eddie.Y efectivamente, Evan estaba en casa de los Munson, habían estado tocando algo de W.A.S.P en el garage de la casa
— ¿Así que la cosa es oficial?—Preguntó Evan con una sonrisa.
— Pues sí, somos novios— Eddie respondió con una sonrisa.
— Me alegra mucho, viejo— Evan usaba una playera de Megadeth y una chaqueta sin mangas, de mezclilla— Será raro verlos comerse la boca en presencia de todos, pero sólo puedo tapar mis ojos.
— No seas idiota, las cosas no van a cambiar—Eddie golpeó con suavidad el hombro de su fiel amigo— No haría algo para que te sientas incómodo.
— Está bien— soltó Evan— Me alegra que el amor se te dé, pues he roto con Jane.
—¿Por qué no me dijiste antes?— Eddie miró a su amigo con preocupación.
— Pues no lo hallaba necesario. Jane probablemente ni me quería— rio el chico con cierta inocencia— Hay más peces en el mar.
— Me gusta que tengas una mirada optimista— Eddie le sonrió — Yo soy más pesimista al respecto— el chico se encogió de hombros.
— Veo que el amor te ha dado fuerte— Evan le sonrió.
— Oye, Augustine es genial— Eddie esbozó una sonrisa de tan sólo pensar en ella.
— Claro, como digas...— Evan caminó y sacó algo de un bolsillo de su chaqueta. Sacó una bolsita que contenía unas pastillas, esas que ya conocía, Eddie puso sus ojos en blanco— Cambiando de tema, pues mira— Le extendió la bolsa— Regalo de cumpleaños atrasado— Hablaba como si aquello fuera una gran novedad.
Eddie resopló, no quería discutir con su amigo.
— Oh, Evan...lo aprecio, pero sabes que ya no le hago a esto. Es más, hoy acabo de vender una parte de la hierba que tenía guardada.
— ¿En serio vas a rechazar mi regalo?
— Evan, son Ketaminas. Son drogas— Eddie tomó la bolsa y la examinó— ¿Augustine sabe?
—Me ha quitado una caja —Evan habló gracioso— Pero he conseguido más con Hargrove, debo pagarle el resto aún.
— Viejo, esto no te hace bien— Eddie suspiró.
— Eddie— Evan tomó su rostro— Esto me mantiene bien, me hace sentir bien— Evan intentaba defenderse— Digamos que me ha ayudado a sobrellevar estos tiempos de estrés, me relaja, me hace despejar la mente. Y puedes estar tranquilo, que no pasa nada— Evan rascó su nariz, pues minutos antes había aspirado el contenido de una píldora, pues sí, se podía esnifar.
Eddie miraba a su amigo con detención.
— ¿La tomas o no?— Evan le sonreía— No te asustes, créeme que esto sólo te traerá buenos momentos. Y claro, no se te ocurra hacerlo frente a mi hermana, o sino me irá a tirar agua nuevamente en la cara— el chico recordó aquel incidente con Augustine.
