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Era un miércoles, estaba soleado, pero el cuarto de Eddie era sombrío, no entendía cómo es que en menos de dos años su vida se había ido a pique en todo sentido, a pesar de hacer calor, su habitación estaba fría a causa de las cortinas negras que ...

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Era un miércoles, estaba soleado, pero el cuarto de Eddie era sombrío, no entendía cómo es que en menos de dos años su vida se había ido a pique en todo sentido, a pesar de hacer calor, su habitación estaba fría a causa de las cortinas negras que tapaban el sol. ¿A Evan le hubiera gustado aquello? Probablemente no, pero también sabía que su mejor amigo le hubiera pateado el culo de tan sólo saber que había dejado a la mismísima Augustine White, y aquello era casi irónico, ella era una reina de la secundaria, y moría en secreto por él, cualquier chico sabía lo que fuera por tener su corazón, y él que lo tenía en totalidad, le costó años saber que estaba enamorado de ella, y encima se atrevía a romper su corazón.

Al despertar fumó un cigarrillo, se metió a la ducha y se puso ropa, color negro, siempre predominaba el negro en él, sus playeras de bandas nunca pasaban de moda, al menos no para él. Le había costado dormir, no sólo porque pensaba y necesitaba a Augustine, Peter al parecer se estaba follando a Chloe y aquello le parecía incluso salvador.

Augustine por su parte ordenaba su cuarto, extrañaba Hawkins, ahora más que nunca, quería estar con su padre en la granja, pero sabía que estaba a muchos kilómetros y eso era lo apestoso de la universidad.

Eddie a veces iba a enseñarle guitarra a unos mellizos, hijos de una familia acomodada, al menos eso le servía para tener un poco más de dinero y evitar el abuso económico a Wayne, quien a veces iba a visitarlo, llevaba un buen tiempo trabajando en ese tipo de cosas, y sólo lo hacía con niños pequeños, creía que era más fácil así y evitaba a las adolescentes hormonales, después de lo de Chloe había quedado traumado con esos impulsos humanos.

Augustine quería relajarse, había tenido una noche agitada, llevaba dos semanas llorando en silencio, y no sólo por Eddie, sino que tenía otros líos mayores y se sentía suelta en el espacio, sin saber qué hacer, esperando simplemente a inflarse como una pelota y explotar en miles de pedazos. Ella sabía que era el camino elegido, desde ese día en el coche de Eddie, cuando él se metió entre sus piernas, y a ella no le importaba que no la amara, con tal de sentirlo íntimamente cercano. Extrañaba las marcas en su cuerpo, las mordidas, los besos marcados en su piel, convirtiéndose en feas manchas verdes con café. Suponía así era el amor, el amor que al menos ella había escogido, y es que odiaba sobre todo a esa estrella fugaz que vio como a los quince y a la cual pidió que Eddie posara sus ojos en ella, tardó cinco años en que aquello se cumpliera y ahora lo veía como una condena.

Porque sí, ella estaba condenada a él de por vida.

Salió de la habitación, pasó por el comedor, donde había más estudiantes, y salió al campus, estaba todo color verde, era primavera, le gustaba la ropa primaveral había repasado su corte de cabello, como cuando Eddie la vio al volver. Usaba una playera de Evan, era de Iron Maiden, shorts y converse rosadas, dos broches rosas a cada lado de su pelo, pasó por al lado de unos metaleros que la quedaron mirando feo, porque según ellos una chica tan tierna no escuchaba una banda así, y ella sólo los ignoró, porque aquello no podía importarle menos, si tan sólo esos tipos pudieran devolverle a su hermano o el amor de Eddie, quizás ahí, le importaría un poco, pero nada de eso iba a cambiar.

Evermore  (Eddie Munson) TERMINADA ✔️ Where stories live. Discover now