Eddie estaba lejos de ser lo que Augustine White buscaba, se conocen de toda una vida y ella muere por él en secreto. Eddie se transforma en el demonio favorito de Augustine, y ella está dispuesta a arder en su infierno.
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— Augustine....—Eddie apenas podía articular palabra alguna.
— No puede ser—los ojos de la chica se estaban llenando de lágrimas— Sólo dilo y ya.
— Oye, te amo—Eddie tomó su rostro con sus manos —Te amo mucho, pero...no creo que estemos en el mejor momento para tener una relación, tú estás con tus cosas y yo con las mías.
Aquellas palabras hacían eco en la cabeza de la chica, ¿Eddie no quería tener una relación con ella? Se sentó de golpe en la cama y pegó un suspiro ahogado, Eddie se sentó a su lado, sentía que las había cagado realmente, no quería ser cortante realmente con Augustine, pero Eddie de a poco se daba cuenta de que existía todo un mundo allá afuera, que no era sólo Hawkins.
— No he terminado de hablar contigo....—Eddie intentó tomar sus manos—Te amo, en serio lo hago, pero...no puedo llenarte de ilusiones, es decir, no deberíamos de ilusionarnos, porque estamos experimentando lo que es la vida de adultos realmente. Tú no tienes el tiempo para mí y yo no tengo el tiempo para ti, no el que necesitamos.
— No puedo creer lo que me estás diciendo—Augustine comenzó a llorar— Sabía que algo raro había contigo, sabía que algo pasaba. A veces se sentía como si lo nuestro fuera un amor clandestino— ella hablaba y se sentía ridícula— Mierda Edward, me haces sentir patética— la chica sonrió, pero no había nada de felicidad en aquello, era una sonrisa de que no podía creer realmente lo que Eddie le estaba diciendo— ¿Es por ella, verdad? Es por Chloe, es por esa maldita de Chloe— Augustine se paró de la cama , nerviosa, tiritaba.
— No, ella no tiene nada que ver— Eddie soltó— Es sólo una amiga.
— Encuentro increíble lo que me estás diciendo— Augustine se paseaba de un lugar a otro, le costaba incluso respirar, como si aquello fuera el inicio de un infarto, ella prefería morir, estar sin Eddie le generaba deseos incontrolables de encontrar la muerte a sus casi 22 años— ¿Por qué no fuiste claro desde un comienzo? Me llevaste a la cama mil veces...¿Y aún así no tuviste ni un poco de compasión? ¿Ni porque me conoces desde que somos niños? —Augustine hablaba con sus ojos llenos de lágrimas.
— No lo lleves por ese extremo...sabes lo importante que eres para mí, pero...creo que no es nuestro momento de amarnos— Eddie rascaba su cabello, y es que a pesar de amarla, sentía que estando cerca de ella, Evan sería una herida que nunca dejaría cicatrizar.
— No Eddie, no demuestras que me amas— la chica tenía sus ojos rojos, Eddie también tenía sus ojos llorosos— ¿Por qué me hiciste ilusiones todo este tiempo?
— No fueron ilusiones, sólo...sólo fui real.
— ¿Real?—Preguntó la chica, con dolor.
— Augustine ... no quiero romper tu corazón, es sólo que no quiero que las cosas se vayan a la mierda entre nosotros— Él intentó tomar su mano, pero ella zafó de él.
