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Pasaron dos semanas sin verse, esa noche en que Peter los había descubierto, estuvieron bajo las sábanas hablando por horas, Eddie lloró en su pecho por un par de minutos, y Augustine se sintió culpable del llanto de Eddie, pues ella había tocado ...

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Pasaron dos semanas sin verse, esa noche en que Peter los había descubierto, estuvieron bajo las sábanas hablando por horas, Eddie lloró en su pecho por un par de minutos, y Augustine se sintió culpable del llanto de Eddie, pues ella había tocado el tema de Evan, que siempre los ponía sensibles, siempre les daba justo en ese punto que odiaban, el asumir que no estaba con ellos.

Augustine estaba con su grupo de amigos, compartían una banca bajo un árbol, Thomas hablaba y hablaba cosas que ella no estaba interesada en escuchar, a veces le daba abrazos sorpresas, pero ella hacía todo lo posible por evitarlo, sus amigos les echaban bromas, pero ella era clara con que no estaba interesada en los chicos de momento, aunque bien sabían que ella estaba más que enredada con el metalero de esa noche en el bar.

Estaba totalmente hundida en sus pensamientos, cuando de pronto vio una mano agitándose frente a ella, y para su sorpresa era Eddie.

— Hola, hola...¿Sigues con nosotros?— bromeó— ¿Estás en el planeta tierra?— soltó con una risa y ella le dedicó la mejor de sus sonrisas.

— Eddie...— se paró de la banca y fue a su lado. Él acarició su rostro, Thom vio aquella escena y su rostro se tornó rojo, básicamente le quitaban en su rostro a la chica que deseaba, y es que no concebía la idea de que un mugroso metalero, tuviera el placer de cogérsela probablemente a su antojo, porque Augustine actuaba como una estúpida cuando él estaba cerca de ella, o al menos eso pensaba el chico— ¿Qué haces acá?— preguntó Augustine.

— Bueno...quería invitarte nuevamente a la casa, probablemente a beber algo—Eddie le sonrió— Paso por ti a las siete en punto— susurró en su oído— Puedes traer más ropa porque es viernes y puedes quedarte el fin de semana conmigo—Terminó con una risita, Augustine se hacía agua cuando lo escuchaba susurrar tan cerca de ella.

...

Augustine estaba en su habitación, en la residencia para universitarios. Echó un par de playeras, jeans y ropa interior para esos días. Sacó un poco de dinero y antes de esperar por Eddie pasó a comprar algo de vino, ese último tiempo se había agarrado el gusto al vino, odiaba la cerveza que la condenaba a ir al baño cada diez minutos, pese a adorar su sabor, que no sabía cómo es que de niña odiaba tanto.

Eddie pasó por ella justo afuera de la residencia, él la esperaba con su cabello salvaje, usaba una playera de Motörhead, Augustine amaba que siguiera fiel a su estilo a pesar de esa nueva vida universitaria. Eddie la vio allí parada, con una blusa ajustada, tenía flores y era color lila.

Ella se subió al coche, Eddie le dio un acalorado beso en los labios, apretó incluso su trasero.

— Qué linda blusa llevas— soltó Eddie, mirando descaradamente sus pechos que se notaban.

— Sólo admite que te ha gustado como se ven mis tetas y ya— soltó la chica en medio de una risa inocentona y Eddie se sonrojó.

— Seré lo que digan por ahí, pero no soy un pervertido— Se excusó.

Evermore  (Eddie Munson) TERMINADA ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora