II. ( black & hazel )

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 black & hazel 
chapter number two

( black & hazel )chapter number two

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Durante mucho tiempo de negó a hablar con su madre, ignoró cada palabra que dijera y se juró a si misma ignorar lo que había visto, tal vez así sería olvidado por todos, y ella volvería a ser libre, sin embargo era una idea a la que no le convendría a Walburga Black.

Aunque moría de ganas por saber si es que la odiaba o la detestaba, no se había atrevido a preguntarle con cual de los dos Black se había comprometido, mas no era como si eso cambiara algo, nada cambiaría el hecho de que se le había privado de sus derechos, voz y voto, y ahora solo era vista como una muñeca a la que vestir o regalar.

No solía ser muy rebelde, uno no es rebelde con sus amigas, y su madre más que una madre era su mejor amiga, sin embargo ese era el comienzo de la rebelión de Mallory Yaxley. Primero hizo una protesta de comida, dejando de comer por días hasta que se desmayó y su madre la amenazó con hacerla comer con un cruciatus, luego intentó encerrandose en su pieza, mas eso no había cambiado nada, por lo que continuó con lo que había hecho desde un comienzo, no hablar e ignorar, por más malcriadas que podía llegar a sonar.

—Hoy iremos a la casa de los Black —anunció su madre, ella continuó jugando con su cuchara en la sopa sin siquiera mirarla—. Para tu mala suerte no puedes cerrar los oídos, así que no me importa que no respondas, sé que estás escuchando. Te he dado demasiada confianza y ahora parecer ignorar el hecho de que soy tu madre, tu autoridad y me debes respeto.

Ella continuó en silencio. Permanecieron en silencio por varios minutos, hasta que su madre volvió a hablar.

—Iremos a cenar, debes de ir con un vestido negro pues es el color representativo de la casa Black por obvias razones.  Será mejor si llevas el cabello suelto así resaltaría más tu melena, no tienes una muy común. Siempre has sido muy vanidosa con tu cabello.

Sin embargo ella quedó en silencio. El color de los Yaxley por lo general había sido esmeralda, o incluso hazel, por lo que en su mayoría sus vestidos solían jugar con ese color, en honor a su apellido y difunto padre que no estaría de acuerdo con eso, incluso su madre usaba el color orgullosamente.

Aunque a simple vista no parecía ser una petición muy grande y parecía ser algo mínimo, el cambio de colores de su vestimenta le dolía, era como dejar atrás todo, para dejar de ser Mallory Yaxley a ser la esposa de un Black. 

Su tío Cordan solía bromear con su padre del tema, le decía que el apellido había acabado pues Cordan Yaxley había asegurado no tener intención de casarse, así que pasaría de ser la hija de un gran Yaxley a solo la esposa de alguien, broma que le había costado su herencia.

Volvieron a estar en silencio por varios minutos hasta que su madre volvió a hablar.

—Espero que cuando estemos allá te dejes de inmadureces y hables. No importa que tan grosera puedas ser, te vas a casar con ese chico Black, así que te conviene llevarte bien con Walburga Black ya que cuando te vuelvas esposa de su hijo, todo dependerá de que te lleves bien con ella.

Ese fue la gota que derramó el vaso. Mallory tiró todo lo que estaba sobre la mesa levantándose con odio para mirar a su madre con los ojos llorosos.

—Me niego a volverme la esposa de alguien, yo soy Mallory Yaxley, primera mujer en los Yaxley después de generaciones, única heredera de la fortuna Yaxley, prefecta, dueña de la mitad del callejón Diagon, futura premio anual, descendiente de Geraint Ollivanders. Me niego a que todos mis títulos sean rebajados a un hombre, me niego a que mi honor y poder sean rebajados a la aprobación de una familia. El dinero que tu gastas me pertenece, si es que haces esto, apenas cumpla dieciocho te dejaré en la ruina.

Fue entonces cuando su madre de pronto comenzó a llorar, se desplomó en lagrimas mientras se ahogaba en ellas, lloró tanto que parecía que no dejaría de hacerlo. Lloraba como si algo le doliera, como si es que ella fuera la victima, entonces de pronto las venas de su madre se marcaron fuertemente en su cuello, de color azul y rojo.

Entonces lo entendió, se llevó las manos a la boca, entendiendo de lo que hablaba aquel viejo Garrick aquella ves que fueron a comprar su varita, y se dió cuenta que había sido más injusta de lo que hubiera pensado que sería.

Se acercó a su madre agarrándola de los hombros para pegarla a su torso, lo que ocasionó que ella llorara aún más.

—¿Por qué no me lo dijiste? —sollozó ligeramente la pelirroja.

—No quería que pasaras meses esperando mi muerte, quería que vivieras tu vida tranquilamente. Yo quiero vivir mi vida tranquilamente y lo estaré cuando sepa que cuando me vaya, cuando ya no esté contigo, tú  estarás bien, con alguien que te haga respetar y que te cuide, con una familia que te tenga bajo su cuidado. Sé que puede sonar machista pero Mallory, estamos en un mundo tan cruel y tan malo que hay veces en las que debes de poner a los demás para protegerte. Mi vida no ha sido fácil, Mallory, creí que casándome con tu padre, sería feliz, me volvería una viuda millonaria y tendría a mi amada hija solo para mi, pero no resultó así Llory, amé a tu padre tanto que el día que se murió, una parte de mí se murió con él. Ese chico Black, es jóven y yo sé que se van a amar, porque yo me casé con tu padre cuando teníamos treinta años de diferencia, solo influenciada en su dinero, pero luego lo ame, aún cuando en el fondo no quería casarme con él, pero lo amé tanto que hasta el día de hoy me duele el corazón. Nuestro amor se hizo en el momento más superfluo, en la ocasión más inesperada, de la manera más ilógica e innecesaria, porque así es el amor, florece cuando uno menos lo necesita o espera. Sé que el amor entre ustedes dos va a florecer igualmente, y será un amor puro, un amor simple, un amor de libros, afrontaran problemas pero se amaran, yo lo sé porque... amé a tu padre, aunque nadie lo cree, lo llegue a hacer, y justo cuando lo hice lo perdí.

Para ese punto no podía evitar que las lagrimas cayeran por sus ojos, sintiendo su corazón romperse al saber de un amor que no hubiera esperado. Hasta ella misma había pensado que su madre nunca había amado a su padre como todos decían, ni la mitad de lo que sus palabras reflejaban, y aunque una parte de ella quería creer que pasaría con ella tal dramática, sabía que su vida no era como la de su madre.

—¿Que te asegura que pasará lo mismo? ¿Que amaré tanto a una persona como para extrañarlo aunque sepa que no lo volveré a ver? Que amaré tanto al hijo de Walburga, que siquiera él lo hará. Mi vida será miserable, madre, sufriré cada día de mi vida y me acostaré al lado de un extraño, esperando su muerte o la mía.

Su madre negó rápidamente levantando la cabeza para verla a los ojos.

—No, mi amor. Lo vi en sus ojos.

—¿Que viste? —se burló entre lagrimas— ¿"Amor"?

—No —negó cerrando los ojos—. Vi el tipo de corazón que no se encuentra fácilmente.

Probablemente porque era inexistente. Ella solo abrazó a su madre, ya no le importaba nada, ni con cual de los dos hijos se casaría o que tan rebelde podía ser en venganza, lo único que quería era pasar cada día de su vida con su madre como si fuera el último, pues aquel día estaba cada vez más cerca.

SEMPITERNAL # sirius blackWhere stories live. Discover now