LXI. ( aldana jones )

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Mallory no bajó la mirada ante Sirius algo titubeante, el pelinegro la soltó para voltear a ver a Regulus (y Aldana) mirándolo atentos y algo molesto, no había sido lo suficientemente discreto, sabía que si su hermanito notaba sus intenciones no tendría la puerta de entrada tan abierta para él como la tenía ahora. Sirius quería saber la verdad de todo eso, si es que de verdad James y Mallory eran algo, y si es que Mallory en verdad aún lo amaba, pero aunque lo hiciera no le diría en ese momento, no con Aldana haciéndose de su novia como si es que ambos estuvieran siquiera enamorados, si había sentimiento alguno era solo unilateral.

Sirius había ignorado el consejo más sagrado que Lily Evans le había dado, y era preguntar la edad de alguien antes de meterlo en su cama. A pesar de que solo había dos años de diferencia, Sirius llegaría a los dieciocho años antes que Aldana a los dieciséis, y estaba bastante encaprichada como amenazarlo con eso, así que solo esperaría a que ella cumpliera dieciséis y se iría por el caño como cualquier mujer que no fuera Mallory, aunque eso no fuera excusa suficiente para justificar el que él no había sido ni lo más mínimo fiel a una falsa esperanza de volver a estar con ella, de todas formas se sentía como algo que él no debía de hacer.

—¡Regulus! —exclamó abriendo los brazos sin ver cambio alguno en su inexpresivo rostro fulminador— No te presenté a Aldana, una amiga —presentó él a la castaña.

—Su novia —corrigió la chica estrechando su mano con su hermano—. Aldana Jones.

—¿Jones? —preguntó Mallory parándose al lado de Regulus para tomarlo por su brazo, poniendo incomodo a Sirius— ¿Eres una... sangre sucia? —preguntó en un tono burlón cosa que hizo a Regulus soltar una pequeña carcajada.

—Creí que eras amiga de Lily, no creí que usarías esa expresión —le dijo el pelinegro un poco confundido ante el ofensivo uso de la palabra y en el fondo ilusionado de que lo que estuviera presenciando fueran celos que la dejaran al descubierto.

—Eso fue hasta que me acusó de dormir con James —bufó con ironía—. Si hubiera confiado en nuestra amistad, claro, si es que esa amistad hubiera sido real, me hubiera dejado explicarle que hablábamos sobre un concierto de música clásica en el que me he inscrito en Hogsmeade —el pelinegro quedó algo estupefacto sin saber que decir ante ello, solo sintiéndose como el hombre más estúpido del mundo, que había desconfiado de la mujer que amaba y había destruído su amistad con el único chico que le había abierto los brazos cuando no tenía a nadie, las dos personas en las que más debía y en algún momento había confiado—, pero ella nunca confió en mí, ni ella o alguno de tus falsos amigos. Menos James que es un encanto. Ahora tú sales con unsa sangre sucia.

De todas formas, temía que el apellido Black hubiera comenzado a consumir a Mallory de una forma en la que ni ella misma se diera cuenta, porque él mejor que nadie conocía lo mucho que Walburga Black podía vendarle los ojos a una persona.

—Sí, ¿y que? —alzó la cabeza algo tosca, ganándose una mirada juzgadora de ambos slytherin frente a ellos, Sirius solo se llevó la mano al rostro por la vergüenza— Nos amamos, ¿ustedes que saben de amor? Se casaron obligados.

—Más que un polvo de una noche, eso estoy seguro —arrugó la nariz Regulus poniendo la mano sobre la de Mallory, a lo que ella sonrió.

—Entendemos que Sirius quiera ensuciar la sangre en acto de rebeldía.

—¿Te crees tan limpia?

—Te voy a pedir que no le hables así a mi esposa —la detuvo Regulus con la voz grave—. Ella es una Black, tu no. Y conociendo a Sirius, dudo que algún día lo seas. No quiero empezar con el pie izquierdo, quiero llevarme bien con la novia superflua de mi hermano mayor.

SEMPITERNAL # sirius blackWhere stories live. Discover now