LII. ( renee skeeter )

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Creo que la vida se volvió en un tono gris cuando deje a Sirius. Como estar muerta y más viva que nunca al mismo tiempo. Nunca leí una sola carta de él porque sabía que solo dolería más el leer todas las cartas que llegaban y ya se habían hecho un buen espacio en mi habitación. Supongo que no podía culpar su probable furia en mi contra ante ninguna merecida explicación pero sabía que él intentaría encontrar una manera y solo me daría esperanzas falsas porque no había solución, había tomado una decisión. Al cabo de un mes, dejó de escribir. Me intente convencer de que era lo mejor y lancé todas las cartas, pensé que era lo mejor que ya no me escribiera porque sabía que solo me lastimaría pero en el fondo solo era una chica caprichosa que quería leer una carta de él pidiéndome que lo besara como yo se lo pedía en mis sueños, pero eso no sucedería.

Creo que el compromiso arruino amistad alguna entre Regulus y yo. Nos sentábamos uno al lado del otro y no nos hablábamos por toda la cena, con Aludra fue aún peor, no podía mirarla a los ojos ni ella a mi. Solo era un ambiente tenso en la mesa, entre todos mientras yo me preguntaba si en el fondo había tomado una buena decisión. ¿La había tomado en serio? Mamá me había pedido que no me rindiera tan rápido y que todo era un partido de ajedrez pero sentía que perdía porque me faltaba una de mis piezas, no estaba completa.

El escándalo avanzó cuando el día del cumpleaños de Regulus, se lanzó en el periódico la carta que habían encontrado y desde entonces ya nada había sido lo mismo. Walburga incitó a Salvatore a pedirle matrimonio a Aludra ante aquellas acusaciones y él lo aceptó un día después de la carta, se formalizó un compromiso informal entre ambos que se daría a conocer a finales de año y era obvio que ninguno de los tres estaba contento con ello, pero parecía que Aludra y Salvatore sobrellavaban mejor un matrimonio falso, así que se volvieron más cercanos, todo contrario a Regulus y yo.

―Nott es como tu hermano, ¿verdad? ―preguntó Walburga en la pequeña celebración entre las familias al día siguiente del compromiso, yo solo me encogí de hombros― Eres más callada de lo que te recordaba, niña. Parece que Sirius te contagió su vulgaridad y simpleza.

―No te atrevas a llamarme simple que es mi último adjetivo ―le dijo con odio mientra sentía sus zapatos muy apretados y un fuerte dolor de cabeza―. Aquí la única vulgar es usted, aprovechándose de la situación y sin tener en cuenta los sentimientos de los demás.

―Sentimientos, oh sentimientos. De los sentimientos no se vive.

―Tampoco de las opiniones ajenas.

La mujer solo rió ligeramente y negó con la cabeza.

―Aún no sabes nada ―ambas nos quedamos en silencio por varios segundos entonces ella habló―. Pasado mañana harán saber más de diez cartas de Salvatore a Regulus y me comentaron de incluso fotos íntimas ―me dijo de pronto y mi corazón dejó de palpitar―. Solo preparate y tomate un trago, que mañana todo el mundo mágico tendrá a tu futuro esposo desnudo.

Yo me quedé por varios segundos en silencio y miré a ambos chicos, mirándose desde lo lejos mientras Aludra agarraba del brazo a Salvatore y conversaba con Narcissa. No sabía que tanto de esa personalidad era verdad, pero sabía que ella era solo una traidora más en la que jamás podría volver a confiar. Respire profundamente y entonces entendí que debía de hacer; mover correctamente mis cartas.

―¿No puede hacer nada? ―pregunté nuevamente, la mujer negó con la cabeza.

―No dije que no lo haría.

Ambas nos quedamos en silencio por varios segundos.

―En realidad, me gustaría que estés conmigo cuando lo haga. Dentro de pronto tomarás mi lugar, serás la señora Black. Tendrás que cuidar por Aludra, Regulus e incluso Salvatore. Tu y él son amigos, ¿verdad?

SEMPITERNAL # sirius blackWhere stories live. Discover now