XLIII. ( letter and a daydream )

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Oh, claro que Sirius Black había comenzado a notar que ahora que ya no pasaba demasiado tiempo con su novia como cuando lo hacía cuando no tenía amigos, su hermano se había vuelto un especie de imán a su prometida. Para empezar, Mallory estaba rara, no como para alejarlo pero sí como para sentirse rara, y ahora estaba todo el tiempo con Regulus, con quien jamás había sido demasiado cercana, en cualquier lugar donde iba, los veía juntos y no era por ser meticuloso pero incluso se había fijado en el mapa merodeador y los había visto siempre juntos. Mallory solía pasar tiempo con Salvatore, al igual que Regulus, ahora que él no estaba, ambos se hacían compañía, hasta ese punto lo entendía, pero parecía incluso algo chicloso, y no se encontraba con la mayor de las seguridades de su relación después de que ella haya cancelado la cena por un mes de aniversario, llamándolo exagerado.

No sabía si era exagerado pues su nivel de drama a veces se le salía de las manos, pero recordaba a James comprándola rosas a Lily por su primera semana en relación, la última vez que le había comprado rosas a Mallory, ella se las había lanzado en el rostro, así que no sonaba la mejor decisión en como él llevaba su relación.

Al saber que Salvatore estaba bien y luego de una larga pero calmada conversación con Remus en la que habían quedado en que no se meterían en los problemas del otro, pero que si hacía llorar a su hermana, le rompería la cara, se sentía más tranquilo, pero Mallory era el único problema. Casi había matado a su mejor amigo, y además  como olvidar que había actuado muy mal haber mandado a la muerte a tres chicos quienes ahora le temían y también a Mallory, así que debía de pedirle perdón, pero no encontraba manera de hacerlo, pues ya le había dicho que lamentaba su comportamiento, pero ella seguía diciendo que no era con ella con quien debía de disculparse.

Resultaba extraño, pues había sido ella la que había dicho que debía de haber buena comunicación y ahora no le decía que era lo que le molestaba, que quería de él y que podía hacer para que ella no se sintiera tan distante, lejos, como si ya no tuvieras esa comunicación y conexión que él siempre había sentido entre ambos. Sus labios se sentían secos y sus manos frías, y ella demasiado lejos.

—Mon autre —le dijo para dejar un corto beso en su cuello—. ¿Tienes planes para hoy?

—Iba a estudiar con Regulus —se encogió de hombros—. Los chicos de quinto y nosotros levamos unas cuantas clases iguales, ¿sabías? —alzó las cejas— Además esta estresado por lo de los timos y eso, pobre.

—Sí, sí —rodó los ojos— ¿Sabes? Me di cuenta que tu y yo hace demasiado que no tocamos algo. Y la profesora McGonagall nos dijo para tocar en fin de año —alzó las cejas, ella solo rió— ¿Por qué no tocamos algo? Estoy seguro que Regulus entenderá.

—Yo no lo haré, me sentiría muy mal si no lo ayudara. Salvatore lo estaba haciendo, pero ahora que él no está...

Eso ya era deprimente. La tomó del brazo y se acercó a sus labios para besarlos lenta y suavemente, no fugazmente o de forma corta como antes solían hacerlo. Mallory respiró entrecortadamente para tomar su rostro y continuar con el beso, que había sido más calmado de lo que por lo general eran. No fue hasta que un niño pequeño gritó que se alejaron, por alguna razón ella estaba sonrojada, cosa que solo le hizo reír.

—Bien —asintió ella—. No notará que no fui, me dijo que estaría en la sala común, así que estará bien. Vamos.

Punto por sobre Regulus.

Llegaron a la sala de música, y entonces ambos comenzaron a conversar, Mallory le hizo recordar la incomoda situación que habían tenido aquella vez y él solo se tapaba los oídos para evitar escuchar y recordar, después de conversar, Mallory le confesó que en realidad tocaba igualmente el piano, por lo que se sentó a su lado y comenzaron a tocar juntos, para que ella después tomara su violín y se pusiera de pie, comenzando así a tocarlo.

SEMPITERNAL # sirius blackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora