SEMPITERNAL # sirius black

LXII.（ double date ）

—Regulus basta —la escuchó reír, pegó más la oreja a la puerta y solo escuchó reír a su hermano esa vez—. Esta mal hacer esto ahora —casi se lanzó sobre la puerta para escuchar la respuesta.

—Literalmente la chica parecía un perro —lo escuchó carcajear al otro lado de la puerta de la sala de arte y entonces se calmó un poco más—. Y te miraba con tanta inferioridad, como si es que ella fuera la reina de la decencia.

—Sirius esta feliz con ella —le dijo más calmada, pero con tanta naturalidad que incluso le dolió un poco—. Si nos íbamos a burlar de ella no le hubiéramos dicho para una estúpida cita doble —carcajeó—, pero Merlín que ella es tan...

—Ella es tan Sirius —se burló el pelinegro y el gryffindor debía de admitir que eso lo había ofendido un poco—. No te merecía. Sirius, él no te merecía.

Sirius pegó más la oreja a la puerta y el silencio lo destruyó internamente, esperaba que Mallory lo negara, se burlara o cambiara de tema, pero su silencio solo significaba que le daba la razón. En algún momento, cuando la tenía entre sus brazos había pensado de que en serio era más de lo que un chico como el que él había sido solía tener usualmente, una chica igual de arrogante que él quien había abierto su corazón y había resultado ser más dulce de lo que parecía, pero jamás había sentido que no la merecía.

En realidad Sirius jamás había sentido demasiado que no merecía muchas cosas, en algún momento había incluso llegado a pensar que todo lo bueno era solo una recompensa de la mierda de vida que había tenido durante muchos años. Él era cool, atractivo y no era tan malo en notas como los otros casanovas solían ser y de acuerdo al estereotipo que todos le ponían, sabía sobre la vida aunque no era el más maduro y era detallista, él era El Hombre, pero dentro de todo y en ese momento tal vez por sobre toda la arrogancia habían pasado cosas que él jamás lo había notado, porque no lo decía en voz alta pero hata que había conocido a Mallory a profundidad, había creído que él era el único ser humano perfecto en la tierra.

—¿Por qué dices eso? —preguntó ella.

—Es un chico vulgar, con una personalidad coqueta, libre como el viento. No tiene planes de vida...

—El quiere ser auror —lo interrumpió.

—Ahora que esta en séptimo año, y vamos Mallory, todos saben que cuando no sabes que hacer, decides ser auror, es el trabajo más seguro, lo que más falta en tiempos de guerra. Hasta el año pasado, Sirius no sabía absolutamente nada sobre que haría cuando pusiera un pie afuera de Hogwarts, ahora que es un estorbo para los Potter y que ya no es tan cercano a James necesita un trabajo, algo seguro, algo que le de dinero para que la pequeña fortuna de Alphard no se acabe y él no tenga que vivir de nadie. Sirius... es Sirius, es mi hermano pero es un chico sin rumbo. Casi durante tres años se la paso de fiesta en fiesta, a los dieciséis ya era un chico promiscuo.

—No creo que debamos juzgar a alguien por su vida sexual, peor tú, Regulus.

—Yo propuse la fotos porque era Salvatore, un chico. Sirius a la edad que tengo ahora ya se había acostado con diecinueve personas, ¿en serio crees que era el tipo de chico que tu merecías? Entiendo que lo amabas, y creeme que lo que merecías era... pasar la primera vez de intimidad con alguien que amabas, pero Sirius no merecía ese amor, porque Sirius jamás le dio la oportunidad a los sentimiento que tu le dabas, esa pureza de alma sin malas intenciones. Él no te merecía, Mallory. Tu merecías a alguien mejor.

Sirius solo se quedó en silencio, queriendo pensar en que no tenía razón pero en realidad sí la tenía, por excepción en la que Regulus decía que para él, ella había sido lo mismo. Mallory era una experiencia dolorosa que viviría mil veces solo para poder besar sus manos una vez más, ella era lo más importante que le había pasado en su vida y aunque quería entrar y gritárselo no podía hacerlo, porque a pesar de querer creer que ella aún lo amaba, seguía negándolo y estaba dispuesta a saber por qué ella fingía ese aparente y repentino desamor.