XXXIX. ( proposal )

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Ser novia de Sirius Black resultaba ser un trabajo de tiempo completo. Había descubierto que, en realidad, no conocía en lo absoluto al que seria su esposo, o al menos no tanto como en algún momento lo había pensado. Era más dramático y necesitado de atención de lo que alguna vez se había planteado, su lenguaje de amor era el contacto físico y sobre todo, era increíblemente buen actor.

Ambos eran lo suficientemente realistas como para saber que tenían una dinámica tal vez demasiado explosiva, así que habían llegado al acuerdo de no decirle a nadie que estaban juntos formalmente hasta que cumplieran al menos un mes sin romper, aunque Sirius odiaba el hecho de solo considerarlo, así que habían pasado la última semana de Hogwarts besuqueandose en los pasadizos menos concurridos o mirando las estrellas a pasándose cartas en las clases. Las clases una semana antes de salir de vacaciones solían ser más duras, pero él se había decido en incluso disfrutar esas clases, se sentaba a su lado y le hablaba escribiendo en un papel para disimular que se la pasaban juntos.

Tampoco habían querido decírselo a sus padres, ya que temían que se pusieran demasiado intensos. Mallory odiaba ocultarle cosas a Olivia, en especial en la condición en la que estaba y el tiempo de vida que le quedaba, pero había llegado a un acuerdo que no quería romper, por lo que Sirius y ella no se dirigieron la palabra en toda la cena que tuvieron sus familias al salir de vacaciones de Pascua, solamente lo necesario como para fingir que no habían resentimientos, solo una relación neutral y en tregua entre ambos, aunque durante toda la cena, los pies de Sirius se la habían pasado sobre el regazo de la pelirroja, como amaba hacerlo, apoyar su cabeza o pies en su regazo.

Esa misma noche, Sirius se había aparecido en su casa y habían decidido vaciar su refrigeradora en silencio mientras tomaban helado en la madrugada en el suelo.

—Tu madre me mataría si supiera que estoy aquí —alzó las cejas él a lo que ella rió ligeramente—. Escuché a mamá y Aludra hablando sobre volverte una Black. Ya sabes, unirte a las cosas convencionales de esposa. No quiero que hagas esa mierda, es tan aburrido, te morirías del aburrimiento y sería un viudo —ella se esforzó en no reír demasiado fuerte.

—Se siente tan raro que nos casaremos —confesó ella algo deprimida—. No lo sé, somos novios hace como una semana y sabemos que nos casaremos en dos meses. Me gustas pero...

—Somos solo chicos —la calmó apoyando su cabeza en la refrigeradora—. Es aterrador el matrimonio, aunque nos gustemos. Sigue siendo... demasiado para un par de adolescentes, pero al menos para mi es más fácil de sobrellevar que casarme con alguien que odio.

—Supongo que tienes razón —asintió con la cabeza tomando mas del helado—. ¿Tu crees que pueda conservar mi apellido en Hogwarts el siguiente año? Es que... sería "Señora Black" y no quiero que me digan "señora", tengo dieciséis. Además seria super raro para los profesores.

—Seguro que si hablas con McGonagall te lo permitirá —la calmó—. Es tan raro hablar de esto.

—Lo sé. ¿Crees que el matrimonio... arruine nuestra relación?

—No lo mires como un matrimonio —le dijo tomando sus manos para notar que estaban tan frías como las suyas—. Miralo como... una fiesta de disfraces —ella rió—. Nada tiene que cambiar. Cuando salgamos de Hogwarts podríamos... viajar un poco ¿Sabes? Ir... a esos países que me dijiste que querías ir, en Asia. Luego podríamos... no lo sé, vivir en tranquilidad y después tener hijos. Unos... veinte años están bien.

—¿Estaremos juntos veinte años? —preguntó sorprendida y la pregunta sonaba algo deprimente.

—Se que sí —respondió él para besar sus manos—. Tendríamos... treinta y seis años, una buena edad para empezar. ¿Cambiamos helados?

SEMPITERNAL # sirius blackWhere stories live. Discover now