The Villain that Reincarnated into the World of a BL Game goes Astray

Capítulo 68: La compañera de clase a partir de entonces

"¡Fania!" Sara corrió hacia Fania con un gran saludo de su mano.

Han pasado muchos meses desde la ultima vez que vi a Sara. Estuve fuera de la escuela por tanto tiempo que no asistí suficientes días y terminé reprobando mi año. También se reanudó el entrenamiento de consorte, así que decidí dejar la escuela sin más.

Al asistió a la escuela como es debido, ya que un príncipe no podía permitirse el lujo de abandonar la Real Academia. Mientras yo me escondía en el escondite, Al asistía a la escuela todo lo que podía, e incluso llegó a pasar de curso.

"Sara, tanto tiempo sin verte. Tienes buen aspecto".

"Estoy bien. Lo único que tengo bueno es la salud. Me alegra saber que estás bien. Me preocupé cuando de repente dejaste de venir a la escuela".

"Sí, siento haberte preocupado. Pero ahora todo va bien. Es sólo que he estado ausente tanto tiempo que he decidido dejar la escuela".

"Vaya, qué fastidio".

Sara y yo estábamos ahora en un café de la capital. Le pregunté a Al si podía encontrarme con Sara y me recomendó este café. Al parecer era la cafetería más popular de Royal Capital en ese momento y había oído que sus preciosas tartas decoradas eran muy bien valoradas.

La cafetería estaba orientada a las mujeres, sobre todo a las jóvenes; tenía un interior precioso y estaba llena de bonitos accesorios. Incluso los platos y las tazas tenían un bonito diseño floral. Como hombre, me daba un poco de vergüenza estar en esta tienda, pero Sara era la heroína de un juego de chicas, así que le sentaba muy bien. Le quedaba perfectamente, pero ahora tenía una arruga distintiva entre las cejas.

"Urgh~" Sara alzó la voz con disgusto mientras sorbía su aromático té de una bonita taza.

"......Sí, qué puedo decir, lo siento".

"Bueno, supongo que tu marido probablemente tiene algo que ver". Sara echó un vistazo a la tienda.

Sería el prometido de Al, pero de momento era un tipo normal. Así que no quería hacer nada demasiado extravagante o llamativo. Se lo dije a Al, y él me entendió. Por eso, el café donde Sara y yo nos encontramos no estaba reservado para nuestro uso exclusivo. Lo único era que, desde que se abrió el local, los caballeros de escolta que no estaban de servicio lo visitaban.

El restaurante estaba lleno hasta rebosar. El bonito interior estaba lleno de hombres machotes. Miraras donde miraras había hombres machotes. Reconocí algunas caras conocidas y supe que eran los caballeros guardaespaldas de Al. Eran caballeros bajo el mando directo del príncipe, así que debían de ser hijos de familias nobles. Muchos de ellos eran guapos y elegantes.

Supuse que Al se preocupaba por mi seguridad. Estoy agradecido por eso pero... Lo siento, caballeros, por hacerles hacer trabajos extraños.

"Fania, esto".

Sara puso una pequeña bolsa sobre la mesa. La bolsa era tan pequeña que podía envolverla con sus manos y una cinta estaba atada alrededor.

"Oh, ¿qué?"

"Ábrelo."

Ante las palabras de Sara, desaté la cinta y miré dentro.

"Esto es soja... ¡Es soja! Esto es soja!" La bolsa estaba llena de granos redondos y crujientes. Estaba tan sorprendido que grité para mis adentros.

"¡Eh, Fania! Oh, no es nada. No pasa nada!" Sara se inclinó impotente a su alrededor.

Los caballeros que me rodeaban se levantaron de sus sillas y me miraron, preguntándose qué había pasado por el ruido que había hecho. Vaya, incluso habían echado mano a sus espadas en la cintura.