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Changmin escuchó la versión de Jaekyung sobre lo sucedido, manteniendo una mirada imperturbable y expectante de que no oír que el mismo azabache no hubiese violentado a Dan. Al final, se sintió tranquilo al saber que nada más le pasó.

— Gracias por haberlo defendido, creí que lo ibas a dejar a su suerte— comentó Changmin con calma, indicándole la puerta — No quisiera correrte, pero no tarda en acabarse el horario de visitas, y son bastante estrictos con el horario.

— No, esperaré hasta que Dan despierte, quiero hablar con él.

— Dan no va a despertar hasta creo en la madrugada — declaró Changmin, destacando su papel como guardián de Dan — Solamente los guardianes de los pacientes pueden estar durante la noche.

— ¿Y tú eres el guardián?

— Así es.

— Con un brazo luxado no creo que puedas.

— Por favor, señor Joo, las horas de visita terminaron, necesito que se vaya de lo contrario los guardias tendrán que sacarlo de aquí — sonó el doctor Lee sonó exigente y firme.

Aunque Jaekyung no parecía dispuesto a ceder, pero al final lo hizo.

La doctora Lee, quién con ayuda del finalista a campeón agregó la información dada por Jaekyung a la historia clínica de Dan, también informando sobre el incidente a las autoridades correspondientes.

La tensión en la habitación era palpable, Changmin mantenía una postura protectora cuando se trataba de Dan, asegurándose de que Jaekyung no causara más problemas.

Changmin, después de aquella tensa situación, camino de regreso a la sala donde Dan descansaba. Una mezcla de sentimientos lo embargaba mientras observaba a Dan recostado en la camilla, canalizado, con gasas y vendas en sus brazos.

El pelimarrón se acercó a la camilla, sentándose en el sillón que quedaba a un lado de donde yacía Dan, dormido, y soltando unos quejidos pequeños de dolor.

Ver a Dan así estaba haciendo actuar una reacción en cadena de recuerdos dolorosos de la pérdida de su propio padre, conectando con la vulnerabilidad que ambos compartían. Changmin, a pesar de su postura fuerte y protectora, no podía evitar sentir una profunda simpatía por Dan y sus propios fantasmas internos.

Mientras pasaba la noche junto a la cama de Dan, Changmin lidiaba con una amalgama de emociones, desde la tristeza hasta la determinación de brindarle apoyo incondicional a Dan en esta difícil etapa.

— No quiero que te vayas Danny, eres un luchador, espero que puedas levantarte pronto — dijo Changmin en voz baja y su voz temblaba.

Las lágrimas no tardaron en brotar de los ojos marrones de Changmin, una mezcla de angustia, tristeza y la pesadez de la situación.

Se sentó en silencio, presenciando la lucha de Dan contra la enfermedad y reviviendo sus propios momentos difíciles. En ese instante, la conexión entre ellos se profundizó, compartiendo no solo el presente doloroso sino también los fantasmas del pasado. Permitió que las lágrimas fluyeran, dejando que la intensidad de las emociones se liberara en la quietud de la habitación de hospital.

Changmin, sosteniendo la mano de Dan con ternura, decidió abrir su corazón.

— Dan, no puedo ocultarlo más, creo que me he enamorado de ti.

Sus palabras resonaron en la habitación, cargadas de sinceridad y vulnerabilidad. Mientras tanto, la quietud de la sala dejaba espacio para la revelación de sentimientos profundos entre ambos.

Mientras sostiene su mano, comienza a compartir un relato personal.

— Mi familia y yo... Tenemos un pequeño hábito, si alguien aprieta la mano tres veces, es nuestra forma de decir 'te amo'.

Changmin apretó tiernamente la mano de Dan tres veces.

— Eres un luchador Dan, espero que despiertes pronto.

Changmin, revelando sus sentimientos de una manera íntima, buscaba transmitir a Dan la profundidad de sus emociones mientras enfrentan juntos los desafíos que la vida les presenta.

Recostó su cabeza en el colchón de la camilla, y empezó a dormir.

En la tranquila habitación de hospital, iluminada por una suave luz, Dan y Changmin compartieron un momento íntimo. La conexión entre ellos se tornaba más profunda, la vulnerabilidad se entretejía con la tristeza y la compasión.

En la quietud de la habitación, solo se escuchaban los susurros suaves de sus respiraciones, creando un espacio donde las emociones podían fluir libremente.

Dan, a pesar de la fragilidad de su estado, respondió con un entrelazado de los dedos de sus dos manos ante el íntimo gesto del pelimarrón.

Fue un momento tácito. La intimidad no se traducía solo en gestos físicos, sino en la profunda conexión emocional que se manifestaba entre ambos. Era un instante de compartir las cargas emocionales, de estar presentes el uno para el otro en medio de las adversidades.

[Fanfic/AU] Espero no sea tarde (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora