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El auto de Jaekyung avanzaba en silencio por las calles iluminadas por la luz de la luna y faroles de la calle, mientras la tensión entre ellos era palpable en el aire, y se podía cortar con un cuchillo. Dan se sentía incómodo en el asiento del copiloto, deseando encontrar las palabras adecuadas para romper el silencio opresivo que los rodeaba.

Antes de que pudiera reunir el coraje para hablar, su mirada se desvió hacia la llave del auto, donde colgaba un llavero, de color dorado, con un lazo negro y rojo, el que él mismo le había regalado al entonces campeón en su cumpleaños.

Era un pequeño gesto, un intento de mostrar su aprecio y afecto, y su confesión de amor, pero Jaekyung lo había despreciado en su momento, incluso llegando a tirarlo a la basura frente a Dan.

El recuerdo de aquel momento doloroso inundó la mente de Dan, reviviendo la sensación de rechazo y desprecio que había experimentado. Sin embargo, ahora, al ver el llavero colgando allí, Dan se sorprendió al darse cuenta de que Jae aún lo conservaba.

Una oleada de emociones contradictorias lo invadió, siendo la sorpresa y la incredulidad las principales.

Dan inhaló profundamente, reuniendo valor para abordar el tema que había estado pesando en su corazón.

— Ese es... ¿No es el llavero que te regalé?

Jaekyung permaneció en silencio por un momento, antes de apartar brevemente la mirada de la carretera para encontrar su mirada con la de Dan. Los ojos de Jaekyung estaban algo rojos e hinchados por haber llorado. Después de unos segundos, sonó el claxon de otro coche la que la luz en el semáforo era verde y aceleró, colocando su mirada en el camino nuevamente.

— Sí... Es ese.

— Yo... lo había tirado a la basura.

— Después de entrenar ese día lo saqué del bote...

— ¿Pero por qué? Me demostraste que no te gustaba, lo lanzaste contra la pared...

Jae, sintiendo el peso de la pregunta de Dan, suspiro, y se armó de valor.

— Nunca me disgustó, me encantó, sabes lo inútil que soy al expresarme... sólo me sorprendió... Y la forma en la que reaccioné... Fue por miedo — dijo Jaekyung, su voz sonaba cargada con demasiada sinceridad — Sí... Aún detrás de estos músculos puedo sentir esa emoción tan primitiva... Tuve miedo, Kim.

— Pero miedo a qué, Jaekyung, ¿a qué te refieres?

— Cuando me contaste el cómo conseguiste el dinero para comprarlo... Sentía miedo de que pudieras pagar la deuda y liberarte de nuestro acuerdo, la posibilidad de perder la única cosa que nos une me asustó... Por eso reaccioné así.

Dan escuchó en silencio, absorbido por las palabras del peleador. Ver su lado honesto y vulnerable era extraño.

—Yo... — empezó a hablar Dan, luchando por encontrar las palabras adecuadas — Ese día, cuando te di el llavero, estaba planeando... confesarme. Quería decirte lo que significabas para mí — continuó Dan, su voz era temblorosa por la intensidad de sus emociones.

Jae miro por un instante a Dan, doblando en una calle. El arrepentimiento y la tristeza se reflejaron en sus ojos mientras absorbía las palabras del que traía gorro. En ese momento, se daba cuenta de otra cosa más, no bastando con todo lo que le hizo, le rompió el corazón.

Te convertiste en la fuente de su sufrimiento — sonó la voz de Heesung en su cabeza.

Jaekyung asintió, recordando la carta que acompañaba al llavero, donde Dan expresaba sus sentimientos con sinceridad.

— Lo sé Dan — dijo Jaekyung, quién ya se había estacionado frente al edificio de departamentos donde vivía, haciendo que sus ojos coincidieran con los de Dan — Dentro de la caja encontré una carta, reconocí tu letra, la leí.

— No debiste...

— Kim Dan, puede que sea la persona más estúpida del mundo, pero me gustaría decirte que no lo hagas por mí... Puedo pensar... Y no, no fue por pena que lo leí o que monté toda esta mierda... Es porque quería...

— Ya veo...

— Pero me gustaría preguntarte algo... Si yo fuera el monstruo que sé que soy, y el que viste y con el que trataste... ¿Por qué entonces te enamoraste de mí? —preguntó Jaekyung, estaba tan expectante de una respuesta de él al respecto.

Dan se sintió expuesto bajo la mirada penetrante de Jae, pero decidió enfrentar la verdad.

—No puedes evitar de quién te enamoras — dijo Dan con honestidad — No sabía si lo que sentía era amor o simplemente un profundo agradecimiento confundido con otras emociones... Por mucho tiempo pensé que era amor, confundía cada gesto gentil con amor... Vaya estupidez la mía.

Jae asimiló las palabras de Dan, reconociendo la complejidad de sus propios sentimientos. Amar es un juego peligroso... Ambos lo jugaron, uno perdió primero y el otro ahora perdió todas las vidas que le quedaban.

Jaekyung se giró y agarró una bolsa del asiento del pasajero... Allí estaba la bolsa, con todas las cosas que compró ese día antes de los golpes de los usureros.

— Un trato es un trato Kim, aquí tienes tus cosas... — dijo Jaekyung, viendo a Dan observar el contenido de la bolsa — Y, ¿para qué las necesitas?

— El ungüento que uso para las lesiones de todos en el gimnasio, lo hago yo mismo... Mi abuela me enseñó, es una receta familiar... Gracias por conservarlos... Conduce a casa con seguridad Jaekyung.

Dan salió del auto y comenzó a caminar hacia la puerta... Y antes de entrar, se detuvo, quería caminar hacia el auto de Jaekyung para decirle algo, pero al girarse, Jaekyung ya había arrancado, perdiéndose en la profundidad de la infinita calle.

[Fanfic/AU] Espero no sea tarde (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora