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Después de ir bastante rápido después de pasar por el accidente, en el que afortunadamente no hubo ningún muerto, solo gente con heridas bastante graves, Changmin pudo llegar al hospital sano y salvo, acompañado de uno del staff de Team Black, llevando un ramillete de lavanda y rosas amarillas.

— Gracias, nos vemos pronto.

— Igual Changmin, hasta pronto — dijo el chico y entró al hospital.

Después de completar un formulario de visitas y de que la guardia le entregara un gafete, el recién nombrado campeón se abrió paso por los pasillos del hospital. No era su primera vez allí pero aun así se perdía en el gran complejo.

A través de un mensaje, Heesung le envió a Changmin las instrucciones de cómo llegar a la habitación de Dan. Estaba caminando con el corazón en la mano preguntándose si Dan ya estaba despierto, no sabía que hacer pero una cosa era segura, quería estar al lado de Dan en ese preciso momento.

Luego de subir en un ascensor, llegó al piso y comenzó a caminar, buscando la habitación, habitación en la que reconoció el cabello rubio de Heesung, y se acercó.

— Hola amigo — dijo Heesung abrazando a Changmin — Me alegra que lo hayas logrado.

— Gracias... Pensé que tardaría más en llegar pero no... Pero bueno, ¿cómo estás?

— Bueno, un poco cansado... No dormí bien y me duele un poco la cabeza — dijo Heesung — Pero estoy más aliviado sabiendo que Dan hyung está bien.

— ¿Cómo sigue?

— Todavía está dormido, la doctora Lee dijo que puede tomar horas o días despertar de la anestesia... Pero espero que despierte pronto... — dijo Heesung soltando un bostezo, y dejando pasar a Changmin dentro de la habitación — La cirugía se llevó 3 horas.

— Me imagino... — dijo Changmin, quien al entrar, encontró a Dan, con esa expresión de tranquilidad en su rostro, su pecho subiendo y bajando — ¿Ya comiste algo?

— Todavía no... He estado aguantando a base de pura agua, y eso porque está el dispensador del área de espera — dijo Heesung, mostrando los múltiples conitos de papel que traía en sus bolsillos.

— Yo me encargo de Dan si quieres, hay un lugar de comida no muy lejos de aquí, ve a comer algo — dijo Changmin, colocando las flores en una maceta de porcelana blanco que estaba al lado de un cajón.

— ¿Seguro?

— Claro que sí Hee... Si no, no te lo hubiese dicho — dijo Changmin.

— Vale... Muchas gracias Changmin.

— Dime Min.

— Gracias Min, en un momento vuelvo — dijo Heesung, colocándose su gorro de pescador y salió de la habitación.

Tan pronto Heesung se fue, el ojimarrón se acercó a la camilla de Dan, viéndolo dormir plácidamente, tenía la boca ligeramente abierta, y un brazo encima de su abdomen.

— Hola Danny... Ya vine a verte — dijo Changmin en un tono muy suave — Adivina qué, ganamos Danny, ganamos… Te contaré más cuando despiertes… — dijo mientras acariciaba uno de sus cabellos que estaba fuera de su gorro verde esmeralda — Incluso cuando estás dormido te ves tan lindo y guapo... Me encanta.

El recién titulado campeón observaba con ternura a Dan, suavemente iluminado por la luz tenue de la habitación del hospital. Los rasgos serenos de Dan resaltaban como si fuera la escultura más bella, su rostro irradiaba la paz que finalmente ha encontrado después de enfrentar tantos desafíos. Escudriñando con lentitud su rostro, cada línea, cada rasgo, cada detalle, como si estuviera memorizando la imagen una vez más.

Una calidez lo envolvía en ese instante, y en ese momento, se da cuenta con certeza de que está enamorado, ya no solo era la necesidad de salvarlo, era de cuidarlo, y amarlo. La verdad se abre paso en su corazón, dejando atrás cualquier incertidumbre.

Ya no queda espacio para negación o confusión; el amor de Changmin por Dan era más que real y profundo.

En silencio, Min recuerda los momentos compartidos, las risas, las lágrimas y los desafíos superados juntos. El día que fue esa noche al gimnasio y se puso mal y lo llevó al hospital, cuando curó sus moretones y salió al parque jugando juegos de mesa, el día del diagnóstico de leucemia, todas las quimios, cuando llegó ese cachorro de pelos dorados a sus vidas, incluso las pequeñas peleas que tenían, las noches que dormían juntos, abrazados, y esos tiernos e íntimos besos.

Cada recuerdo se sumaba a su convicción de que Dan es más que un amigo o un compañero: es el amor de su vida.

Y en ese instante, en la tranquila intimidad de la habitación del hospital, Min se permite rendirse completamente a ese sentimiento, sabiendo que ha encontrado su lugar en el mundo junto a Dan.

— Tan pronto como salgamos de aquí, te lo confesaré como te lo mereces, Danny.

[Fanfic/AU] Espero no sea tarde (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora