Manual: Conquistando a mi Crush {EDITADO}

1.

Pulsé el botón del autobús con prisa un sinfín de veces, el conductor regordete parecía divertirse en su móvil mientras conducía y me ignoraba.

Hijo de la bestia.

Pulsé de nuevo el botón para que el autobús se detuviera, y el conductor se orilló de pronto, se detuvo en la parada mientras me observaba con recelo. Le sonreí con ironía y bajé del autobús a toda prisa. Mi primer día de clases, y ya llegaba tarde, nada fuera de lo común en mi. Acomodé mi mochila en mi espalda y caminé por una calle angosta y empedrada, me gustaba el hecho de vivir en San Miguel Allende porque era un pueblo acogedor y lleno de cultura, pero aveces lo odiaba realmente cuando me encontraba con calles como ésta.

Comencé a hacer una lista mental de los lugares en los que preferiría estar ahora mismo y caminé de prisa a la escuela, de pronto mi mirada se detuvo en alguien y me pareció imposible seguir caminando.

Un chico precioso pasó frente a mi, conduciendo una bicicleta verde mientras los primeros rayos del sol asomándose aclaraban su cabello, haciéndolo parecer casi rubio. Me obligué a seguir caminando y a seguir respirando, me lo comí con la mirada hasta que sus grandes ojos verdes se posaron de pronto sobre mi, tragué saliva.

¡Oh santas vacas, haz algo ahora April!

Tosí dramáticamente y me giré de inmediato hacia otro lugar. Escuché una ligera sonrisa melódica y justo cuando me giré a verlo de nuevo, el chico guapo había desaparecido de la calle.

¿Pero qué ha sido eso? Acabas de encontrar al chico más guapo de San Miguel y todo lo que se te ha ocurrido es toser como retrasada, genial April.

Por suerte jamás iba a volver a verlo, gracias al cielo porque seguro ya me habría puesto la etiqueta de chica lela. Negué con la cabeza avergonzada, este chico era amor a primera vista y última.

Entré a mi colegio, y un hombre alto, flaco y viejo con uniforme de vigilante me miró con cara de pocos amigos. Le sonreí avergonzada por llegar tarde, y él negó con la cabeza.

—Primer día y llega tarde señorita.
Me reprendió con voz ronca.

—No vuelve a pasar, lo siento.
Sonreí a medias, sabiendo que claro que volvería a pasar, así que mejor que se acostumbraran a mis retardos.

Era mi primer día en sexto semestre de preparatoria, tenía toda la actitud dispuesta para que este fuera mi año, ahora sí iba a demostrarle al mundo de lo que estaba hecha April Greensly.