Manual: Conquistando a mi Crush {EDITADO}

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Las personas en los autos de alrededor nos observaban incrédulos, mientras James y yo nos desplazábamos en la calle, al ritmo de la música.

No nos importaba nada. Sólo bailar. Sólo disfrutar de este momento.

La canción estaba por finalizar, cuando un grupo de chicos aparecieron en la acera de pronto, y no lucían para nada amigables. Nos observaron fijamente, y nada divertidos.

Le dediqué una mirada a James para que los notara, y así lo hizo. Pero continuó bailando como si nada pasara.

Los autos alrededor avanzaron a nuestro lado, y el grupo de chicos se acercaba más a nosotros, no sé porqué pero algo me daba mala espina.

—James, subamos al auto.

—¿Por qué?
Preguntó con inocencia, ajeno al grupo de chicos que se acercaba a nosotros.

—Tengo frío.

Ese era el mejor pretexto. Buena jugada, April.

—Vamos, sube entonces.
Me encaminó hasta mi puerta y la cerró tras de mi, subió a su lugar y se posó a mi lado.

El grupo de chicos nos miró con recelo y James aceleró, sin siquiera notar lo sucedido. Suspiré con alivio, aún podía sentir mi corazón acelerado, y la adrenalina apoderarse de mi sangre.

James se detuvo en el siguiente semáforo que se encontraba en rojo, y parecía contemplar la noche, o no sé qué era lo que pasaba por su mente, pero parecía estar concentrado en algo.

Sólo estábamos nosotros bajo el semáforo, la calle estaba desierta y un tanto oscura. La adrenalina aún estaba en todo mi cuerpo, y sólo había una cosa que quería y deseaba con fervor en este momento. Besar sus labios y morderlos con fuerza.

A la mierda todo, April, ¡hazlo!

Me deshice del cinturón de seguridad, y me abalancé de un momento a otro sobre él. Choqué mis labios contra los suyos. Él de inmediato respondió al beso, y comenzó a subir el nivel cuando me tomó del cuello con fuerza, y sus labios me tomaron con fuerza y pasión.

Era un beso salvaje y loco, pero a la vez, se sentía lleno de esto, esto que sólo podíamos irradiar nosotros juntos. ¿Se podría llamar a esto amor?

Un sonido ensordecedor se hizo escuchar de pronto, y ambos nos separamos en milisegundos. Regresé a mi asiento avergonzada cuando me percaté de que una camioneta esperaba pasar por el camino que nuestro auto estaba impidiendo.

Mis mejillas comenzaron a tornarse color HellBoy, y solté una risa con nerviosismo, a la vez que James aceleraba, alejándose de las personas alrededor de la calle que se encontraran divertidas de esta situación.