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James estaba frente a mi, sus preciosos ojos verdes me observan de una forma única, me sonreía con picardía, mientras tomaba mi mano para llevársela a la boca y plantar un casto beso en esta. Sonreí de vuelta y justo cuando estaba por tocar su rostro un puñado de personas salieron disparadas de todas partes, gritando y empujándose entre si. Miré a mi alrededor para saber en dónde diantres nos encontrábamos y descubrí que estábamos plantados en medio de la arena, cerca del mar, con la gente empujándonos sin remordimientos, volví mis ojos hacia James, y su mirada se encontraba perdida frente a mi, pude detectar miedo y confusión en sus ojos, y por alguna razón sentí la necesidad de salvarlo de este mar de personas, James se aferró a mi mano, a la vez que una mujer mayor y regordeta nos golpeó con fuerza y acto seguido cayó a nuestros pies.

Estaba aterrorizada, observé a la mujer yacer en el piso y apreté con fuerza la mano de James. Los gritos se habían convertido cada vez más repetitivos, las personas nos pasaban casi por encima, me acerqué a James y sin soltarme de su mano lo abracé con fuerza, pero un cuerpo de un hombre se estampó contra nosotros y me hizo retroceder y caer al suelo sin más.

Me sentí tan débil, y mareada, busqué a James entre el gentío de inmediato y me puse de pie en cuanto reuní la suficiente fuerza, lo vi a sólo unos pasos y cuando estaba por correr hacia él un par de manos me tomaron de los hombros y me hicieron retroceder, mis ojos se aguaron ante el terror.

-¡James!
Grité a todo pulmón y extendí mi brazo para intentar alcanzarlo, James corrió en seguida en mi dirección pero entonces un par de brazos aparecieron detrás de él, y comenzaron a empujarlo en dirección contraria a la mía.

-¡April! -su rostro estaba tan confundido y asustado que una parte de mi sacó fuerza y empujé a quién sea que me estuviera deteniendo, y corrí hacia él. -¡April!

-¡James!
Justo cuando llegué a su lugar las manos desaparecieron, pero también lo hizo él, se esfumó sin más, como por obra de magia. Me giré en todas las direcciones en su busca, pero no lograba encontrarlo. No me había percatado de que había estado llorando todo este tiempo, mientras un vacío inmenso me inundaba, un sentimiento de necesidad.

¿Dónde está James? ¿Por qué se ha ido?

Me tiré al suelo sin importarme que las personas me empujaran con más fuerza mientras yo me quedaba viendo hacia la nada.

¡James...James...James, ¿en dónde estás?!

***

Abrí los ojos de pronto y podía sentir un intenso ardor en mi pecho, mi respiración estaba agitada, y estaba sudando como si hubiera corrido un maratón.

No puede ser, de nuevo otra pesadilla.

Miré el reloj de mi móvil y negué con la cabeza. Dos cuarenta de la madrugada, siempre la misma hora, siempre la misma razón de despertar, una pesadilla.

Había pasado una semana desde lo sucedido con James, una semana que yo había faltado a clases y me había encerrado en casa como un vampiro, si por mi fuera habría faltado el resto del semestre a la escuela, pero me habían enviado un mail para advertirme que una falta más y repetiría el curso. Lo último que deseaba era tener que ver a James por seis meses más, ya era suficiente con pensarlo las veinticuatro horas del día, incluso encontrármelo en mis sueños, donde se suponía que debía estar protegida de él y del mundo.

Intenté controlar mi respiración, y me puse de pie para ir al sanitario, abrí la puerta de mi habitación y cuando estaba por entrar al baño me giré a la habitación de Maya al escuchar un sonido extraño provenir de ésta, me dirigí hacia su cuarto y cuando entré, Drew estaba plácidamente dormido en su cuna, pero Maya se encontraba temblando en su cama, con su móvil frente a ella.

Me acerqué a ella, y cuando notó mi presencia, dejó el móvil en la cama.

-¿Qué te pasa?
Le pregunté con preocupación, sus labios también temblaban y tenía pinta de querer vomitar.

-Es Joe.
Espetó, con la mirada perdida. Joe era su novio, y también el padre de Drew, sin embargo hacía semanas que su relación estaba pasando por un mal momento.

Me senté en la esquina de su cama, y respiré profundo antes de hablar.
-¿Pasó algo malo?

Maya asintió.
-Me está engañando, ha estado con otras chicas.

-¿Otras chicas?
Abrí los ojos sorprendida.

-Y no es lo peor. -Repuso con la voz ronca. Me acerqué a ella y asentí con la cabeza para que continuara. -Está usando drogas.

Apreté mi mandíbula con fuerza y mordí mi labio inferior para evitar soltar alguna maldición frente a mi sobrino Drew.

-¿Cómo te sientes?
Le pregunté con cautela.

-Me siento dolida, no sé qué me duele más.

-Te entiendo.
Repuse en voz baja y con la vista baja.

Por alguna razón sentía que esto era mi culpa, es como si Maya estuviera pagando mi karma.

Santas vacas del campo, ¿por qué todo tenía que ser ahora? ¿Por qué todo alrededor era tan similar a mi situación? ¿Por qué le pasaban estas cosas a alguien tan buena como Maya cuando en realidad quien merecía pagar todas las consecuencias de sus actos era yo? Yo merecía el dolor que sentía ahora, Maya no lo merecía.

Manual: Conquistando a mi Crush {EDITADO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora