143.

50.8K 2.8K 546
                                    

143|

Salimos del bosque tras una caminata en silencio que duró sólo unos cuantos minutos, todo el camino estuve con la mirada fija en el suelo, no quería imaginar cosas, no quería comenzar a divagar el porqué de la repentina actitud de James, a pesar de que mi subconsciente me decía a gritos que se había puesto celoso.

Pero por favor, ¿de Matt? Él no era ni un poco guapo a lado de James, y sí, Matt era divertido pero era tan inmadura su forma de actuar que lo único que se me pasaba por la mente era que sólo deseaba su amistad, era un buen amigo, pero hasta ahí.

Sin embargo me quedé callada y no aclaré ninguna duda que seguro estaba pasando por su cabeza.

-¿Recuerdas la primera vez que salimos?
Soltó de pronto, y me giré para observarlo al rostro, asentí con la cabeza y una sonrisa se me escapó.

¿Cómo olvidar ese día? ¡Estaba tan nerviosa que casi me hacía pipí encima!

James añadió, también esbozando una sonrisa, y sus ojos parecieron iluminarse. -Ese día comprobé que tú eras diferente.

Mi corazón se apretujó, y pude sentir un dolor en la boca de mi estómago.
-¿Por qué?

-¡Por Dios! ¿Aún lo preguntas? -alzó la voz una octavilla y me miró con asombro. -Ese día viniste sola, sin una sola amiga, e irradiabas seguridad. Cualquier otra chica habría estado tímida y seguro no se atrevería a salir sin una amiga a su lado.

-¿Por eso supiste que no era como las demás chicas?
Solté una risotada.

-Entre otras cosas.

James se detuvo en un local de artículos, y nos adentró en éste, tomó un jugo de frutas del refrigerador y yo un té helado, cuando nos dirigimos a caja para pagar, la mujer mayor que atendía nos miró con tanta miel que en cualquier segundo creí que vomitaría arcoiris.

James estaba a punto de entregarle el dinero, pero lo frené a tiempo de un manotazo y deslicé un billete hacia la mujer, ella soltó una risita divertida y tomó mi dinero, mientras negaba con la cabeza.

Santas vacas, ¿Qué le causa tanta gracia? ¿Acaso está drogada?

James me lanzó una mirada fulminante y negó con la cabeza. Entonces la viejita habló, dejándome helada ante sus palabras. -Tu novia es una chica difícil, ¿huh?

Mi corazón dejó de latir y moví la cabeza con rapidez para hacerla callar, pero la mujer siguió. -Hacen una pareja muy bonita.

Estuve a segundos de golpear mi cabeza contra el mostrador y después asesinar a la mujer lanzándole mi té helado a la cabeza.

Oh Dios, ¿esto podría ser peor?

Sí podía ser peor. James sonrió pero su sonrisa no llegó hasta sus ojos, llevó su mano hasta mi cadera y me dio un ligero apretón, acto seguido la mujer me entregó mi cambio y salimos del local por fin.

Parecíamos vagabundos, el lodo en nuestra ropa ya se había secado pero la tierra se quedó estampada. Nos dirigimos hacia mi casa, James me contaba cosas sobre su familia, describía a su madre de una forma tan linda que de inmediato lo envidié por tener una relación así con su madre. Mi madre y yo nos llevábamos bien, sin embargo yo jamás podía contarle sobre nada de chicos porque ella siempre se disgustaba o me ignoraba, pensando que ellos jamás me harían caso, y que sólo serían amores imposibles.

Ojalá le pudiera contar sobre lo que sucedía con James, ojalá me escuchara y se interesara en mi vida amorosa.

Llegamos a casa tras una extensa caminata, James soltó un suspiro y sus ojos se clavaron en mis labios para después subir, mirándome directo a los ojos. Mordí mi labio inferior con fuerza y miré mis pies.

-James.
Hablé a duras penas.

-¿Sí?
Su voz sonó como un susurro.

Tragué saliva nerviosa, yo jamás decía esta clase de cosas, pero aquí íbamos.
-Sé que tu no eres una mala persona, tomas las decisiones equivocadas pero sé que en ti no hay maldad.

James me observó atento, y antes de que se le ocurriera hablar, continué:
-»Eres un gran hombre, y me encanta que no te importe lo que la gente piense de ti, me encanta que hables con pasión de las cosas que te gustan sin sentirte avergonzado, y me encanta la forma en que me haces sentir cuando estoy contigo.

Él sonrió y me miró con ojos de cachorro.

Proseguí: -»Sólo quiero que sepas que la promesa que te hice permanecerá siempre, aunque no parezca así, estaré ahí, siempre.

Por fin lo había soltado todo, pero pronto se vendría lo peor.

James llevó una mano hasta mi mentón y me acarició con suavidad, pasando su pulgar por mi labio inferior, acercó su rostro hasta el mío, y pegó su nariz contra la mía.

-Lo sé. -murmuró apenas audible. -Y espero que sepas que yo estaré siempre aquí, siempre que me necesites.

Asentí con la cabeza y antes de poder hacer algo, James posó sus labios sobre los míos con suavidad y acarició mi mejilla mientras sus labios comenzaban a moverse con lentitud.

No lo evité. Si este era nuestro último beso entonces tenía que ser inolvidable.

Mis labios comenzaron a moverse en sincronía con los suyos y su mano descendió a mi espalda, nos empujó hacia la pared con calma y el beso era tan lento que por un momento me sentí en el paraíso de los besos.

¿Ya había mencionado lo bien que besaba?

Nos alejamos después de unos minutos, y sonreí con tristeza.
-Adiós James.

-Hasta luego April.
Repuso con melosidad. Se giró en sus talones y entré a casa en seguida, pegándome tras la puerta principal, coloqué mi cabeza contra ésta y solté un suspiro, mis ojos se cristalizaron y una indomable lágrima cayó por mi mejilla, la dejé ser, porque era necesaria.

Siempre, James. Recuérdalo.

N/A:
He visto que muchas quieren un POV (punto de vista) de James, así que decidí complacer a mis preciosas lectoras y el capítulo 145 será narrado por él, aclaro que mi hermano (HOMBRE, OBVIO JAJA) me ayudará a redactarlo según su criterio de mujeriego jajaja, quizás así pensó James, no lo sé, pero lo intentaré.

Besos aplastantes a todas. Gracias por leer. XOXO.

Manual: Conquistando a mi Crush {EDITADO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora