140.

51.1K 2.7K 958
                                    

140|

Media noche en punto.

Corrí demasiado emocionada hacia el patio trasero de casa y me senté en una silla del jardín, levanté la vista, admirando el cielo, éste se encontraba lleno de estrellas, por primera vez en cinco días sentía un gramo de esperanza, por primera vez sentía mi corazón de vuelta.

Tomé mi móvil, y busqué el número de James, sonreí al leer que lo tenía registrado como "Justin versión puebleriño", era una broma privada que sólo nos hacía gracia a él y a mi.

Estaba comenzando a divagar otra vez.

Presioné la pantalla en el icono de llamada, y pronto se hicieron sonar dos tonos, haciéndome esperar. Alguien atendió la llamada de pronto, pero estaba lo suficiente nerviosa para articular cualquier cosa, hasta que pasaron unos segundos.

—Eh, James...—Mascullé en voz temblorosa. —¿Cómo te va?

¿En serio April? ¿De todo lo que pudiste decir eso fue lo que mejor se te ha ocurrido?

Ninguna respuesta se escuchó.

Solté un suspiro frustrada. No me estaba haciendo esto nada fácil con su repentino complejo de mudo.

—Eh... ¿James? ¿Estás ahí?

Nada. Sólo se escuchaba que la bocina estaba encendida, lo que quería decir que había atendido mi llamada pero su voz no se hizo presente en ningún segundo.

Vale, entiendo, él no quiere hablarme.

Colgué la llamada sin más, y solté improperios hacia nada en específico, simplemente me limité a patear el césped con fuerza.

Mi móvil vibró en mis manos de pronto, deteniendo mi ataque de ira.
Un mensaje de James había llegado a mi buzón de entrada.

"James:
Hey nena, no sé qué sucede con mi móvil. Yo te puedo escuchar, pero tu no me puedes escuchar a mi, perdón."

Tomé una bocanada de aire antes de decidir contestar a su mensaje.

"April:
Sí, no importa, tan sólo llamaba para desearte un feliz cumpleaños."

Su respuesta arribó pronto.

"James:
Ohhhhh, muchas gracias nena, en serio."

"April:
No es nada, ¿y qué planes tienes?"

"James:
Ninguno, creo que no haré mucho hoy ¿por qué lo preguntas?"

Esbocé una sonrisa orgullosa de la idea que había venido a mi cabeza.

"April:
Si quieres podemos ir a pasear."

"James:
Me encantaría, ¿en dónde te veo?"

"April:
Faltaré a clases, te veo en la plaza central, en donde siempre."

"James:
¿Te saltarás las clases conmigo? 😈"

"April:
Te veo ahí a las nueve, llega a tiempo, tengo que irme, duerme bien y de nuevo feliz cumpleaños."

"James:
Oh, bien, ahí te veo, buenas noches, descansa."

Retorné mi vista hacia el cielo y guardé mi móvil en mi bolsillo trasero, estaba orgullosa, me tomé largos minutos pensando e ideando un plan, había tomado una decisión, estaba claro que no regresaría con James, ahora era mi turno de patearle el trasero, literalmente, porque le prometí que lo haría si rompía mi corazón, y yo siempre cumplía mis promesas.

{...}

Nueve de la mañana en punto. Mordí la uña de mi dedo índice un poco nerviosa, y me detuve bajo un árbol en la plaza central, mirando hacia todos los ángulos en su busca.

Nada.

Tomé una inhalación para calmar los nervios, y miré la hora en mi móvil. Cinco minutos después de las nueve.

¿Y qué si se le olvidó? ¿O si decidió...?

—¡Hey tu!
Una voz masculina me hizo girar, y no pude evitar gesticular total desagrado cuando me percaté de que era un chico motero intentando alardear junto a su grupo de amigos.

Ugh.

Lo ignoré y me giré de nuevo para buscar a James pero éste no aparecía por ningún lado.

—Tu, la niña fresa presumida. —De nuevo el idiota motero habló. —¿Acaso me estás buscando a mi?

De un momento a otro el chico ya se encontraba caminando hacia mi dirección, y el miedo comenzó a invadirme, mientras su grupo reía divertido de sus tonterías.

Ah no, yo me largo de aquí antes de que estos moteros quieran matarme y cortarme en pedazos para después comerme.

Emprendí mi camino a toda prisa en dirección contraria a la del chico y de su grupo, pero éste volvió a hablar a la vez que me seguía el paso, mis manos ya estaban comenzando a sudar.

—No te asustes, fresita presumida.

Solté un gruñido y me giré hacia él para calcular cuanto de lejos estaba de mi, y tan sólo era un metro aproximadamente.

Cuando enderecé la vista, mientras continuaba caminando casi corriendo, me frené en seco de pronto al percatarme de la presencia de James, justo frente a mi.

Sus ojos estaban oscuros como la noche, y su rostro parecía impenetrable, su mirada se posó en cada centímetro de mi, y pude notar como tragaba saliva.

—James.
Susurré a duras penas.

—April.
Repuso, su voz había sonando más ronca de lo normal.

Miré hacia atrás para ver si el motero continuaba ahí, pero éste había desaparecido de un momento a otro.

—Fe...Feliz cumpleaños.
Me abofetee mentalmente, y cerré los ojos por unos segundos.

James soltó una bocanada de aire, como si por fin pudiese sacar todo el aire que retenía y cortó toda la distancia que había entre ambos, me tomó de la cadera y me levantó en sus brazos, cargándome. Me abrazó con fuerza, aún conmigo en brazos, así que no tuve opción de respingar.

Este abrazo se sentía diferente, se sentía mucho mejor que todos los anteriores, se sentía tan necesario.

Enredé mis piernas en su cintura y lo abracé también con fuerza, colocando mi rostro en su hombro, mientras me mordía la mejilla con furor para hacer desaparecer estas ganas inmensas de soltarme a llorar. 

Era tan cierto eso que decían, qué ironía de la vida que la misma persona que te lástima tanto, es la única que te puede hacer sentir tan bien de nuevo.

Pero mi plan seguía activo, no iba a retractarme por nada ahora.

Manual: Conquistando a mi Crush {EDITADO}Où les histoires vivent. Découvrez maintenant