Manual: Conquistando a mi Crush {EDITADO}

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Sólo dos semanas, y culminaría la escuela. Pronto tendría que decidir a qué universidad aplicar, lo cual hacía revolotear mi estómago de los nervios.

Acerqué el tazón de palomitas de maíz a mis piernas y puse play a The Vampire Diaries, extrañaba esta clase de fines de semana, en los que podías relajarte y tomarte un tiempo sólo para ti, mientras hacías cosas sencillas, que te despejaban del mundo exterior.

Maya estaba a mi lado, en el sofá más grande, mientras arrullaba a mi pequeño y hermoso sobrino, Drew. Me llevé un puño de palomitas a la boca y casi me atraganto cuando vi aparecer a Klaus en la pantalla, frente a mi.

-Qué bueno está ese vampiro, por él sí me dejo chupar la sangre.
Le dije a Maya, y ella soltó una risotada.

-Sigo prefiriendo a Damon.

La miré con mala cara. -¿Quién dijo que no me dejaría chupar la sangre por ese hombre también?

Maya se burló divertida y negó con la cabeza. -Bueno, si así es el juego entonces yo me dejaría chupar la sangre por todos los sexys de la serie.

Puse los ojos en blanco. -No es justo, sólo en las series, libros y películas existen hombres tan perfectos y sexys como ellos.

Maya asintió con la cabeza, concordando conmigo y ambas nos soltamos a reír.

Dos horas después, me encontraba por llegar al final de la tercera temporada de The Vampire Diaries, la noche ya había caído, y ahora me encontraba comiendo sushi, mientras me deleitaba con Klaus, Damon, Stefan, y uno que otro extra.

Mi móvil vibró de pronto en el sofá, y lo tomé, masticando un rollo de arroz con verduras y salmón. Mi corazón se detuvo en ese instante y mis ojos estuvieron a punto de salirse.

Era un mensaje de James.

"Oye April, ¿por qué me has eliminado de Facebook? 😡😡😡 no te lo puedo creer."

Negué con la cabeza, y un mensaje de notificaciones de mi cuenta de Facebook, entró a mi buzón de correos.

"James Nichols quiere ser tu amigo en facebook. Aceptar solicitud, rechazar solicitud."

Cerré mi correo, y silencié mi móvil, sin embargo pude sentir un tanto de alegría en mi pecho. Ya era hora de que te dieras cuenta de lo que habías perdido, James. Lástima que llegaste demasiado tarde.

{...}

Una semana más transcurrió, estaba a sólo una semana de salir de la escuela, y los nervios sobre la universidad se habían incrementado.

James seguía mirándome cada jodido día de escuela, sin embargo trataba de ignorarlo lo mayor posible, había comenzado una nueva rutina mañanera de hacer yoga todos los días, eso evitaba que explotara y me diera un ataque por asesinar a algún estúpido por el resto del día, creo que hacer yoga me estaba ayudando mucho.

Acepté la solicitud de James porque creí conveniente hacerlo, era un paso hacia adelante, para así demostrarme a mi misma que podría superarlo en un futuro cercano, sin hacerme retroceder por el hecho de tenerlo tan cerca. Sabía que aún habían noches en las que lo extrañaba demasiado, y extrañaba sus abrazos, al igual que su presencia, pero este sentimiento se estaba haciendo más llevadero, y estaba segura que pronto podría ser parte del pasado.

O eso esperaba...

Me encontraba desayunando mi cereal, cuando de pronto un mensaje llegó a mi buzón, y éste provenía de James.

Oh santa madre de las vacas del campo, ¿por qué diantres continuaba buscándome si él seguía con Samantha? No lo entendía.

"James: Hey, April... ¿Podemos hablar?"

Puse los ojos en blanco y silencié mi móvil.

¿Por qué no entiendes que estoy en un proceso de superarte, mundano tonto y necio?

Mi madre tomó asiento a mi lado de un momento a otro, y me tendió un par de hojas blancas, las miré con cautela y me percaté de que eran nombres e información de algunas universidades locales.

-Investigué con algunos amigos sobre lo que quieres estudiar, -repuso, observándome con una mirada extraña. -y me han recomendado estos colegios de la ciudad, dicen que son muy buenos.

Sonreí agradecida pero retiré las hojas.
-Gracias mamá, pero ya decidí en qué universidad quiero estudiar.

Mi madre arrugó la frente, marcando una perfecta v en medio de su entrecejo. -¿Ah si? ¿Por qué no me lo habías comentado?

-Porque apenas lo decidí hace un par de días, -murmuré con tranquilidad, y continué. -Voy a estudiar en la universidad oficial de Cancún.

-¿Qué? -Alzó la voz, sorprendida y negando con la cabeza. -¿No estudiarás en San Miguel?

Esbocé una sonrisa. -No, me iré al campus de la universidad de Cancún, apenas y me acepten.

-Pe...pero, April ¿estás hablando en serio?

Asentí con la cabeza. -Sí mamá, hablo más en serio que nunca, es tiempo de crecer y madurar, quiero conocer otros lugares, quiero conocer el mundo.

Mi madre me miró por unos segundos como si no me reconociera, pero terminó asintiendo. -De acuerdo April, si eso es lo que quieres, entonces cuentas con mi apoyo.

Sonreí agradecida y coloqué mi mano sobre la suya. -Gracias mamá, de verdad, ahora, si todo resulta bien, más pronto de lo que canta un gallo tendrás una hija escritora famosa.

Mamá sonrió y habló, mientras yo me llevaba una cucharada de cereal a la boca. -Hablando de eso, ¿cómo dices que se llama tu libro? ¿Ese qué tienes en la página de internet? Voy a imprimirlo para leerlo.

Me atraganté con el cereal que había en mi boca y solté un grito. -¡No!

-¿Por qué no?
Inquirió confundida.

Comencé a reír nerviosa.
-A menos que quieras que te dé un paro cardíaco, entonces léelo.

Mi madre soltó una risita, escéptica a mis palabras. -¿Acaso escribes cosas como cincuenta sombras de Grey?

Me atraganté de nuevo con mi saliva.
-No lo leas mamá, por lo menos no hasta que yo cumpla treinta años y esté a más de mil kilómetros de distancia de ti.

Mi madre se burló de mi paranoia, pero entonces una angustia me invadió de pronto.

Oh santas vacas, ¿qué haré cuando toda mi familia y conocidos lean mi historia? Ay no, apiádense de mi, benditas vacas, creo que será mi funeral.