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James me dejó en el suelo, e inmediatamente esbocé una sonrisa para ocultar el dolor y ardor en mi pecho.

-Vaya, todo un hombre de veinticuatro años ¿huh?

Él negó con la cabeza y sonrió.
-Ni me lo recuerdes.

Comenzó a caminar e hizo un ademan para que le siguiera el paso, no sabía a dónde nos dirigía, pero me limité a seguirlo.

-¿A dónde nos llevas?
Le pregunté tras caminar un par de calles en completo silencio.

-Es sorpresa.

Me atrasé unos cuantos pasos, y James se detuvo al notarlo, luego me colocó de lado de la pared, emprendiendo su camino de nuevo.

Nunca había comprendido porqué los hombres hacían eso.

Mordí mi labio inferior con fuerza antes de hablar. -¿Cómo te la has pasado en tu cumpleaños?

-Normal. -se encogió de hombros, y después añadió. -Bueno, ahora mismo me encuentro de lo mejor con una de mis personas favoritas, definitivamente mi día se mejoró.

Contuve las ganas de poner los ojos en blanco, y me obligué a ignorar sus comentarios tan fuera de línea.

James se percató de que sus palabras no me habían hecho un poco de gracia, así que continuó caminando, llevándose ambas manos a sus bolsillos del pantalón.

Unas calles más y yo ya no sabía en donde nos encontrábamos, jamás había estado entre estas calles. Sólo por precaución miré hacia todas partes en busca de alguna sola vida humana cerca pero todo lucía tan desierto.

El clima estaba nublado y gris, las calles estrechas que parecían laberintos sólo hacían parecer esto como una película de terror a plena luz del día.

-Eh...James.-Trastabillé nerviosa y lo miré fijamente a los ojos. -¿A dónde vamos?

James sonrió de oreja a oreja y me tomó de los hombros, haciéndome girar de pronto en otra calle, una en la cual no había ninguna casa, sino un camino que llevaba hacia un parque gigante repleto de árboles por todas partes, lucía casi como un bosque encantado.

Abrí la boca y los ojos sorprendida. Era precioso.

-Wow.
Fue todo lo que pude articular.

-Ven.
James tomó mi mano y nos dirigió hacia el interior, caminando de prisa entre los árboles, mientras comenzaba a gritar como un loco. Sonreí.

James se perdió entre los árboles de un momento a otro, me hizo poner los pelos de punta. Caminé en su búsqueda, analizando cada rincón, mientras seguía un marcado camino repleto de hojas caídas y muertas de los árboles.

Un sonido estruendoso salió del cielo, y brinqué, tomada por sorpresa, mientras las hojas crujían bajo mis pisadas.

Una mujer en ropa de ejercicio apareció de pronto, corriendo junto a un perro husky, sonreí amable y me auto-controlé para no saltar sobre el perro y llevármelo a mi casa.

Una mano se posó entonces en mi cadera, y ese olor único tan familiar me hizo reconocerlo antes siquiera de girarme a verlo.

-Ese perro era muy feo ¿lo viste?
Se burló James, haciéndose el gracioso.

Lo fulminé con la mirada.
-Cierra la boca, James, era más lindo que tú.

Soltó una carcajada, como si hubiera escuchado la broma más divertida del mundo y habló. -No sé porqué amas tanto a esas bestias, sólo saben comer y hacer popó por todas partes.

Me giré por completo, enfrentandolo, y achicando los ojos en su dirección.
-¡Justo como tu, idiota!

Lo empujé con fuerza pero eso sólo hizo que su risa se intensificara, sólo hacía esto para molestarme. James retrocedió dos pasos aún riendo a todo pulmón, así que aproveché su momento de desventaja y patee sus tobillos, no tan fuerte pero si lo suficiente para detener su risa y para estampar su trasero contra el concreto plagado de tierra y hojas.

Sonreí triunfante y enarqué una ceja desafiante. Te lo dije James, te dije que te patearía el trasero si rompías mi corazón, aunque fue en realidad el concreto el que te lo ha pateado.

-Auch, eso no fue justo no lo vi venir.
Se quejó e intentó levantarse del suelo, pero tomé un puñado de hojas del piso y se las lancé al rostro, antes de partirme de la risa y comenzar a correr lejos de él cuando noté que se levantaba para seguirme.

Corrí a toda prisa, perdiéndome entre los árboles, pronto descubrí que este mini bosque era como un laberinto porque todos los caminos lucían iguales. Me topé de nuevo con la mujer y su husky, seguro creyó que le quería robar porque comenzó a acelerar el paso en cuanto me vio. Miré hacía atrás y comencé a correr de nuevo al ver a James cada vez más cerca, me estaba muriendo de risa, lo cual era una desventaja para mi deplorable condición física, cuando James me alcanzó solté un grito y corrí hacia la mujer.

-¡Hey, disculpe!
Le grité a la mujer, y ésta se detuvo enseguida, mostrándome sus blancos y perfectos dientes. James se posó a mi lado, luciendo por completo confundido.

Continué:
-Es el cumpleaños de mi amigo hoy, y como es un forever alone y nadie lo quiere, nadie le ha felicitado.

-Aw, ven aquí.
La mujer ladeó la cabeza, y lo miró con ternura. James me envió una mirada asesina, y yo sonreí de oreja a oreja al ver a la mujer abrazarlo de pronto.

Segundos después ésta se alejó y lo observó como si fuese un gatito en una caja de basura abandonado en un callejón.

-Feliz cumpleaños, querido.
La señora se despidió aún sonriendo y jaló ligeramente la correa de su husky, que puso fuerza antes de seguirle el paso.

El rostro de James estaba serio, y su mandíbula estaba tan apretada que por un momento creí que se la rompería, sus ojos lucían más oscuros y entonces habló, mientras yo me carcajeaba.
-¿Quieres ver que no soy un forever alone?

Su voz había sonado tan dura que me causó repentinos escalofríos por toda mi columna vertebral. Tragué saliva, y toda mi diversión se apagó cuando él caminó los pocos pasos que lo separaban de mi y presionó su boca sobre la mía con fuerza.

Lo empujé con todo mi ser pero él se aferró a mi espalda, sus dedos se encajaron en mi piel con gallardía y mientras yo apretaba mis labios, no sé cómo jodidos hizo para abrirlos y morder mi labio inferior con fuerza a la vez que yo lo empujaba cada vez con más rudeza.

Manual: Conquistando a mi Crush {EDITADO}Where stories live. Discover now