Algo que celebrar

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Soñé con un precioso bebé. Era rubio de ojos verdes. Lo tenía en mis brazos y le cantaba una nana. David estaba a mi lado y sonreía mirándonos. De repente el bebé empezó a llorar. No podía calmarlo. Vino un señor vestido de médico y se lo llevó. David salió corriendo tras él. Yo me quedé inmóvil, algo me impedía salir corriendo o gritar...

Me desperté sudando y con la respiración alterada. ¡Que pesadilla más horrible!

David dormía plácidamente. Me acurruqué en sus brazos y enseguida comencé a sentirme mejor.

- ¿Otra vez las pesadillas?- dijo abrazándome.

- Sí... - susurré...

- Ya está... yo estoy aquí contigo...

En sus brazos me sentía protegida. Capaz de volverme a dormir. Sin embargo, cuando no está y tengo este tipo de sueños no puedo volver a dormirme. Lo necesito tanto...

Ya por la mañana me levanté con energía y le preparé un buen desayuno: tostadas, huevos, bacon, tortitas, fruta, zumos...

- Buenos días... -dijo aún en pijama y cogiendo una tostada. - ¿A qué se debe esto?

- Tenemos algo que celebrar... - le dije quitándole la tostada de la boca.

- ¡Oye! ¡Que es mía!

- Espera a que esté todo listo...

- Bueno ¿y que tenemos que celebrar? -dijo sentándose en el taburete.

Me acerqué y lo agarré por el cuello.

- Ya he tomado una decisión... - Suspiré - este año viajaremos juntos por todo el mundo...

Me abrazó por la cintura y me respondió con un sonoro beso en los labios.

- No sabes cuánto me alegro Virgi... va a ser genial. - Volvimos a besarnos - y ahora dame mi tostada que tengo hambre...

- Que tonto eres...

Nuestro primer viaje sería a Barcelona el próximo 22 de Febrero. En estos meses dejé todo listo en el tema de la tienda. Mi hermana, que trabaja conmigo, se encargaría de todo. La verdad que confiaba en ella plenamente.

- ¿Piensas llevarte todo eso? - David me miraba con la boca abierta.

- Deja de mirarme y ayúdame - le dije mientras me sentaba en la maleta intentado cerrarla.

- Pero si lo mío me cabe todo en una bolsa de deporte... - dijo mientras cerraba la cremallera.

- Cariño... tu llevas uniforme pero yo soy la mujer del ingeniero jefe de Toro Rosso, no querrás que me pasee por el paddock de cualquier forma, ¿no?

¡Todo listo! En horas cogeríamos un avión hasta Barcelona.

Nuestra aventura acababa de comenzar...

La Boca Del LoboUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum