Que difícil me lo pones

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- Virginia... Virgi... - David me zarandeaba suavemente - hemos llegado a Australia.

Abrí los ojos como pude... Y efectivamente la gente ya comenzaba a bajarse del avión.

Odio viajar en avión, pero reconozco que tengo una gran capacidad para quedarme dormida durante los vuelos, por lo que prácticamente ni me entero.

Nos dirigimos a recoger nuestras maletas.

- Creo que te has pasado... ¿Dos maletas para una semana? - me decía David bajando mis maletas de la cinta. - Y lo que pesan... ¿Que llevas aquí? ¿Un cadáver?

- No... - dije riéndome - No sé como estará el tiempo así que están llenas de por si acasos...

Cogimos nuestras maletas y pusimos rumbo al hotel.

Nuestra habitación era perfecta. Amplia, iluminada, con una cama enorme y una bañera de hidromasaje.

- Wow!  Que pasada de habitación David... se va notando tu categoría en la Formula 1 ¿eh? - le dije mientras deshacía las maletas en la cama.

- No está mal... aunque para lo poco que voy a estar en ella... - David estaba en la mesa de escritorio que había bajo la ventana encendiendo su portátil.

- ¿Ya vas a trabajar? Si acabamos de llegar... ¿por qué no damos un paseo y conocemos un poco el lugar?

- Sabes que no puedo Virgi... es mi primera carrera y no quiero que falle nada.

- Anda por fi... veamos el hotel y demos una vuelta por los alrededores. Ya mañana comienzas a trabajar... - le dije mientras lo abrazaba por la espalda.

- Virgi quiero mirar unas estadísticas de este circuito y revisar las estrategias.

- Bueno pues me iré yo... - le puse un puchero.

- No seas así...

- Es que David... se supone que venía para estar contigo y no estar tanto tiempo separados... Y al final me paso todo el tiempo sola.

- Tienes razón... - dijo cerrando el portátil - un paseo corto y volvemos ¿vale? - se puso de pie y me tendió su mano.

Di saltitos de alegría y lo abracé todo lo fuerte que pude.

Bajamos hasta la recepción y antes de salir del hotel nos encontramos a Carlos y a su padre. Sentí como el estómago me dio un vuelco al verlo.

- ¡Hola! - dijo David estrechando la mano de Carlos padre - No os esperaba hasta el jueves.

- Nos gusta venir con tiempo para hacer un poco de turismo. Precisamente ahora íbamos a ir a dar un paseo por los alrededores.

- Nosotros también ¿verdad Virgi? - dijo David mirándome, asentí con la cabeza y le sonreí. Carlitos estaba justo a mi lado, pero ninguno de los dos nos miramos.

- Pues vamos entonces... - Carlos padre y David iban delante comenzando una conversación sobre coches, que acabaría en discusión y luego reconciliación con una copa o una cena, y nosotros nos quedamos detrás.

Cuando llevábamos ya un rato caminando y tras un largo silencio, Carlitos por fin me habló.

- ¿Y no te cuentas nada "Rubia del baño de la disco de Ibiza"? - me dijo sonriendo.

- Ja ja ja - me reí irónica... - Tienes que reconocer que al principio te lo creiste.

- Sabía que eras tu de primera hora, 
si se te olvidó cambiar el estado... Estas mayor para esas cosas... - me dio unas palmaditas en el hombro.

La Boca Del LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora