No soy como ellos

2.1K 93 13
                                    

Los primeros tests en Barcelona sirvieron para ver las mejoras que necesitarían los coches.

David trabajaba casi día y, se puede decir que noche también, para conseguirlo. A principios de Marzo serían los segundos tests y quería que todo estuviese listo para entonces.

En la semana que estuvimos en casa aproveché para ir a la tienda y comprobar que todo funcionara correctamente.

Mi hermana me explicó que estos días que había actualizado el Blog se notó en las ventas. Sus palabras me animaron a seguir haciéndolo.

Le conté mi idea de introducir ropa de hombre, lo que le pareció una gran idea. Ya tenía fichado algunos proveedores pero necesitaba algún gancho... alguien que quisiera colaborar conmigo y posar con algunas prendas para el blog.

- David podría hacerlo... me vas a perdonar, pero hay que reconocer que tu marido está muy bien - me dijo mi hermana entre bromas.

- Sería ideal... pero desde que es ingeniero jefe no tiene tiempo ni de respirar. No lo veo probándose ropa y mucho menos haciéndose fotos. Tenía en mente alguien más joven y famoso.¿Que te parece? -le dije mostrándole una foto que había buscado en la red de Carlos.

¿Que te parece? -le dije mostrándole una foto que había buscado en la red de Carlos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- ¡Wow! Es guapo, es sexy, es joven... ¡y está muy bueno! - Dijo quitándome el móvil de las manos.

- Vale ya, que me lo vas a babear... - le dije riéndome cogiendo el móvil de sus manos.

- ¿Es Carlos Sainz Jr no? ¿Crees que querrá colaborar?

- Sí... Lo voy a intentar... sabes como soy cuando se me mete algo en la cabeza.

- Cabezota eres al máximo...

- Este viernes he quedado con el proveedor y me va a dejar algunas prendas. Me las llevaré la próxima semana a Montmeló. A ver si me deja hacerle algunas fotos aunque sea en la habitación del hotel.

- ¿Y lo va a hacer gratis? - me dijo incrédula...

- Soy la mujer de su jefe, no me puede decir que no - las dos nos reímos...

....

De nuevo nos encontrábamos David y yo en un avión rumbo a Cataluña.

Esta última semana había sido extraña para nosotros. Mi marido se encontraba muy presionado con el nuevo cargo y apenas ha tenido tiempo para mí. Ni para nosotros.
Pero se lo perdonaba y lo entendía. Cuando perdí al bebé pasé por una etapa parecida y conté con todo su apoyo y paciencia . Ahora era mi turno y estaría ahí para que lo fuera.

Una vez instalados en el hotel, nos dirigimos al circuito. David quería ver personalmente los cambios que había pospuesto en la última reunión.

Ya en el paddock, David fue directamente al box de Toro Rosso, sin embargo yo aproveché para pasear y tomar algunas fotos para mi Instagram.

La tarde estaba preciosa y el cielo empezaba a tornarse en tonos naranjas, rojos y amarillos.

Vi una maravillosa perspectiva con las gradas vacías en el fondo y me pareció genial para subirla a la red.

- Que bonita

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- Que bonita... - pensé en voz alta mirando la foto en la pantalla de mi móvil.

- Estaría más bonita si tu salieras en ella...

Di un respingo al escuchar su voz... no me lo esperaba...

- ¡Carlos!... que susto me has dado...

- No era mi intención, perdóname.

Se acercó a mí y poniendo sus manos en mi cintura, me dio dos besos cortos y rápidos, pero sensuales, haciéndome estremecer de nuevo.

- ¿Que haces aquí? Te has alejado mucho del paddock. - me preguntó cogiendo el pase que tenía en mi cuello.

-Buscaba alguna vista bonita para una foto. Mira... - le enseñé la foto que había tomado con mi móvil.

- Está genial...

- ¿Y tú? ¿Que haces por esta zona del circuito?

- He venido a pasear un rato. Me relaja bordear la pista, así la memorizo mejor... No... - negó con la cabeza - ¿Para qué te voy a mentir? He dejado a mi padre en el box y me he escapado un poco de él ... Estaba hablando con tu marido.

- Necesitas desconectar, ¿no?

- Sí ... agradezco a mi padre todo lo que hace por mí y mi profesión. Pero a veces necesito alejarme de todo esto. Es que ni en mi casa puedo desconectar, siempre hablando de lo mismo: coches, pistas, ruedas...

- ¡Que me vas a contar tu a mí! David es igual... Y desde que lo nombraron ingeniero jefe peor aún...

- Estamos apañados entonces...

Ambos caminábamos de vuelta al paddock.

- Oye Carlos...

- ¿Ya no me dices Carlitos? - me interrumpió.

- No está tu padre aquí, así que eres el Carlos más mayor que hay ahora mismo - le dije riéndome.

- No me gustan que me digan Carlitos... toda mi familia me llama así. Me hacen sentir como un niño.

- Tienes 22 años Carlos... eres un niño aún.

- No, no lo soy. Me considero una persona adulta, responsable y más madura que el resto de chicos de mi edad. Para llegar a donde estoy me he perdido muchas cosas típicas de mi juventud. Por eso no soy como ellos. -dijo muy serio.

Le sonreí... le había molestado de verdad. Iba a proponerle lo del Blog, pero no era buen momento.

Llegamos al box y, efectivamente, Carlos padre seguía hablando con mi marido. Estaban tan enfrascados en una conversación sobre gomas que no se percataron de nuestra presencia.

- Cariño... - Dije rodeándole con mis brazos por su cintura.

- Virgi... - se giró para abrazarme. - Termino un asunto y ya nos vamos, ¿vale?

- David, ¿por qué no cenamos juntos esta noche y seguimos el tema? Ya verás como tengo razón. Y si es así, nos invitas a cenar, ¿que te parece? Bueno... ¿que os parece? - dijo Carlos padre refiriéndose a Carlitos y a mí .

- Por mí no hay problemas... aunque pediría que el tema de las gomas dure poco, por favor - puse un puchero.

Carlitos asintió con la cabeza.

- Estupendo entonces - dijo David - nos vemos en el restaurante del hotel a las 9.

- De eso nada... os voy a llevar a un restaurante que hay en Barcelona que os va a encantar. Tu déjame a mí. A las 9 todos en recepción.

Los dos Carlos se marcharon por el paddock. Y en cuanto David terminó, nosotros hicimos lo mismo. Ahora tocaba pensar que me pondría para la cena...




La Boca Del LoboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora