La cena

2.2K 107 45
                                    

Llegamos con el tiempo justo al hotel.

- David, dúchate mientras preparo la ropa que nos vamos a poner.

- ¿Por qué no nos duchamos juntos y ahorramos tiempo? - Dijo agarrándome por la cintura y acercándome a su cuerpo.

Su proposición fue una grata sorpresa para mí, ya que hacía unos diez días que no tenía ganas de nada. Y cuando digo nada, es nada.

Así que acepté sin pensármelo mucho. Una ocasión así había que aprovecharla.

Bajo el agua de la ducha dimos rienda suelta a nuestra pasión. Una pasión que seguía intacta aún habiendo pasado tantos años.

Nuestros cuerpos se conocían a la perfección y sabíamos cuáles eran nuestros puntos débiles... y fuertes.

Tuvimos sexo rápido... pero muy satisfactorio. Le deseaba tanto... Y le echaba tanto de menos...

Eran casi las nueve y aún me faltaba maquillarme.

- Es culpa tuya... por entretenerme en la ducha. - le dije a David, que estaba sentado en el borde de la cama.

- ¿Culpa mía? Yo no te he obligado... - dijo haciendo un mohín - Además ha sido rapidito...

- Lo bueno, si es breve, dos veces bueno, ¿no?

- Pues sí... - dijo sonriendo, por fin veía a mi marido feliz y relajado.-  Virgi, voy a ir bajando para que Carlos y su hijo no se impacienten. Te esperamos en recepción, ¿vale?

- Vale... - dije mientras me ponía la máscara de pestañas.

Antes de salir me miré al espejo. Había elegido para la ocasión una blusa con transparecias, que dejaba ver mi sujetador de encaje,  pitillo de polipiel, todo en color negro, y un clutch en plata.

 Había elegido para la ocasión una blusa con transparecias, que dejaba ver mi sujetador de encaje,  pitillo de polipiel, todo en color negro, y un clutch en plata

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Los chicos me esperaban en la entrada del hotel. David y Carlos padre volvían a discutir sobre el tema de las gomas. ¡Que cansinos pueden llegar a ser estos hombres!

Carlitos sin embargo estaba mirando su móvil. No pude evitar en fijarme en lo guapo que estaba. Llevaba una camisa de cuadros en tonos azules abierta, que dejaba ver una camiseta blanca estrecha que marcaba todo su pecho. Unos vaqueros ajustados y unas zapatillas en azul y camel.

Dios mío... ¡cómo estaba este niño!... negué varias veces con la cabeza con la intención de alejar ciertos pensamientos que estaban llegando a mi mente...

Llegué hasta donde se encontraban y ninguno se dio cuenta de mi presencia.

- Bueno, ¿qué ? ¿nos vamos?

Carlitos levantó la cabeza del móvil y se me quedó mirando con la boca abierta.

- ¡Niño! ¡Un respeto que está casada! Y encima con tu jefe... - dijo Carlos padre dándole una colleja.

La Boca Del LoboWhere stories live. Discover now