En su cama

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Carlos Sainz Jr. P.O.V.

Cuando llegué y vi a Virginia sentada al lado de mi hermana en el sofá, no me lo podía creer. Por un momento me entraron ganas de coger mi maleta y volverme a Londres. ¿Qué hace aquí? Su tren salía a las diez y media. Se supone que ya no debería estar en casa.

- ¿Qué haces aquí? - me dijo mi padre desde su sillón echándome una de sus miradas asesinas.

- ¿Qué pasa? ¿No puedo venir a mi casa? - le dije.

- Carlos, por favor, parece que no te alegras de que tu hijo esté de vuelta - le dijo mi madre mientras me abrazaba - ¿cómo estás cariño? ¿estás bien? No te esperábamos.

- Sí, estoy bien. Sólo que me sentí un poco agobiado allí en Londres y por eso he querido venir antes.

- Cariño, ésta es tu casa y puedes venir cuando quieras. - Sentenció mi madre mirando a mi padre.

Blanca se acercó y me dio un beso.

- ¿Y Ana? - pregunté por ella, me extrañaba no verla.

- Ha salido con sus amigos. - contestó mi madre.

Mi padre se levantó a saludarme.

- Ojito con lo que haces, que te estoy vigilando. A ti y la fierecilla. - me susurró al oído mientras me abrazaba.

- Hola Virginia - le dije aún de pie.

- Hola - me saludó desde el sofá. Notaba tensión en su mirada. No la culpo. Después de lo que le dije, es normal que esté enfadada.

- Han cerrado la estación por una amenaza de bomba, por lo que Virginia no ha podido coger su tren a Sevilla. Así que se queda esta noche con nosotros - le aclaró su madre.

- Pero Reyes, como Carlos está aquí, creo que debería ir a un hotel. No quiero causar molestias - le dijo poniéndose de pie. No pude evitar fijarme en sus piernas, ese short vaquero le sentaba demasiado bien. 

- No digas tonterías Virginia, ¿qué tendrá que ver? Sigue habiendo una habitación de sobra...

- Reyes, si la chica quiere ir a un hotel, no pasa nada. Es normal. Yo mismo la puedo acercar - dijo mi padre.

- ¿Y se puede saber a qué viene este cambio de opinión tan repentino? - le dijo mi madre - ¿No decías que no había ningún problema?

- Quizás esté incómoda... - le contestó mi padre.

- ¿Y por qué iba a estarlo? 

- Reyes, en serio. Carlos tiene que dormir en su habitación... - se veía claramente que a Virginia le incomodaba mi presencia.

- No. Tu ya estás instalada en su cuarto y él que duerma en el de invitados, que por una noche no pasa nada. 

Virginia recogió su pelo y lo echó hacia un lado, poniéndose bien un mechón que le caía sobre la frente. Ese simple gesto me volvía loco. 

Una vez que me instalé y me puse cómodo, me reuní con todos en la cocina. Habían pedido comida china. Virginia estaba sentada junto a Blanca, por lo que me tocó sentarme frente a ellas.

Hablé con mis padres de mis días allí en Londres y todo lo que había hecho. Virginia no abrió la boca durante toda la cena. Necesito hablar con ella y pedirle perdón, pero no tengo valor. Me da miedo su reacción. Y no porque me vaya a dar una bofetada de nuevo, que me la merezco después de lo que le dije, lo que temo más son sus palabras. Quizás lo nuestro se haya acabado por mi ataque de celos. 

La Boca Del LoboWhere stories live. Discover now