Sin cabos sueltos

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- ¿Cómo ves entonces tu futuro en la F1?  

- Espero estar totalmente recuperado para la próxima temporada. De hecho, Toro Rosso, cuenta conmigo de nuevo. Así que tengo todo un año para estudiar la temporada desde el salón de mi casa y anotar estrategias e ideas nuevas para el equipo. - David se pasaba las palmas de las manos por los vaqueros una y otra vez, se le notaba nervioso, y eso que la entrevista estaba a punto de terminar. 

- Posiblemente, el próximo año, Carlos y Daniil no sean pilotos de la escudería. 

- Es posible. Sinceramente, me ha encantado trabajar con ellos. Son un buen ejemplo de constancia y superación. Les deseo todo lo mejor y espero, de corazón, coincidir con ellos de nuevo. Ha sido una experiencia increíble. Pero RedBull tiene un programa de pilotos jóvenes muy exigente y estoy seguro que para el año que viene contaremos con dos nuevas promesas que darán mucho de que hablar. 

- Veo que lo tienes muy claro... - respondió Noemí de Miguel sonriendo.

- Sí, Toro Rosso me ha dado una gran oportunidad. Tenía ganas de dar el salto a la F1 y qué mejor forma de hacerlo que con ellos. He aprendido mucho  y espero seguir haciéndolo. De éste equipo saldrá más de un campeón del mundo. Me daréis la razón con el tiempo.

- Miras el futuro de una forma muy positiva, David.

- No puedo mirarlo de otra forma. El accidente me ha hecho cambiar.  El día que desperté del coma volví a nacer. No todo el mundo puede decir que la vida le ha dado otra oportunidad para aprender de los errores y comenzar de nuevo. Tengo muchos planes y sueños, y voy a luchar por ellos.

- ¿Cómo cual? - contestó Noemí. - ¿Puedes compartirlos con nosotros?

- Pues... - y David no pudo ocultar su sonrisa - el primero de ellos y el más importante para mí, es cumplir nuestro sueño de ser padres. - y noté como el corazón se me encogía en el pecho al oírlo - Creo que éste será nuestro año. - y me miró con ese brillo en los ojos tan característico que tiene desde que despertó. Yo, detrás de las cámaras, en un rincón, con los ojos llenos de lágrimas, le devolví la sonrisa. Me sentía tan culpable por todo lo que le había hecho... 

- Muchísimas felicidades David, estoy segura que dentro de nada te veremos con un pequeñajo por aquí. 

- Así será. 

- Gracias por compartir con el equipo de Movistar  tu tiempo y sincerarte del modo que lo has hecho. 

- Gracias a vosotros. Ha sido un placer.

Tras apagar las cámaras, David se despidió de Noemí con dos besos y se dirigió a donde yo estaba.

- ¿Cómo lo he hecho?

- Genial. Has estado estupendo David. 

- ¿En serio? - dijo abrazándome. 

- Sí... - y la voz se me quebró. Ya no pude contener las lágrimas.

- ¿Qué te pasa Virgi? - preguntó preocupado.

- Nada, estoy bien. - pero mentí. Mentí una vez más. Limpiándome las lágrimas como pude, me separé de él. - Estoy bien en serio. Escucharte  hablar del accidente... ha removido en mí todo lo vivido y claro... lo pasé muy mal. No lo puedo evitar. - me excusé. 

- Para mí es duro hablar de ello también, pero lo necesito. Parece que cada vez que lo cuento, se aleja un poco más de mí. Lo iremos superando poco a poco, mi amor.

Asentí y luego besé sus labios dulcemente.

- Te quiero Virgi. - Yo tan sólo pude asentir de nuevo. 

Nos acercamos a Carlos y Tabatha, que se encontraban a un lado del set de Movistar, esperando que finalizara la entrevista.

- ¿Cómo he estado Tabi? - volvió a preguntar mi marido.

- Muy bien David, un poco nervioso, pero es normal al tratarse de tu primera entrevista en televisión. - le contestó poniendo su mano en el hombro de David a modo de consuelo.

- Uff... lo he pasado mal... - dijo llevándose la mano al pecho - Espero haber salido guapo al menos - bromeó. 

- Eso seguro - le dije sonriendo, agarrando su mano y entrelazando nuestros dedos, gesto que no pasó inadvertido para Carlos. 

- Bueno, yo tengo que ir a cambiarme que en breve me subo al coche - dijo algo apresurado sin quitar la vista de nuestras manos.

- Un segundo Carlos - dijo David de repente - quiero... necesito hablar contigo.

- Sí claro, dime - respondió.

- A solas. - contestó David mirándonos a Tabatha y a mí. 

Y la tensión que había entre los tres se hizo tan tensa que casi era palpable. Mi marido estaba tranquilo, sereno, firme... Apretando mi mano con fuerza y sin apartar los ojos de los de Carlos. Desafiante... Sin embargo, la nuez de Carlos subía y bajaba en su cuello repetidas veces, con dificultad, las mandíbulas apretadas entre sí  y su mirada clavada en la de David... Aceptando el desafío.

Comencé a notar que el corazón se me aceleraba de una forma violenta. ¿Qué le tendrá que decir? ¿Nos habrá pillado? La presión en mi pecho aumentaba por segundos al igual que la agitación en mi respiración. David sabía algo. Y no iba a callarse más.

- Vale - dijo Carlos al fin. 

- Vayamos a un sitio tranquilo. - David soltó mi mano y se acercó a Carlos para pasar un brazo sobre su hombro - Quiero comentarte algo de unas estrategias que he estado estudiando para ti.

Y así, de esa forma, ambos pusieron rumbo por el paddock, hacia el hospitality de Toro Rosso. 

Sin saber por qué, a pesar de que David digo que hablarían sobre estrategias, no me dio muy buena espina. Algo dentro de mí me decía que esto no iba a acabar bien.

- Si van a hablar de trabajo, ¿por qué no lo hacen aquí con nosotras? - me dijo Tabatha.

Cuando la miré supe que su expresión era idéntica a la mía. Estaba algo nerviosa y no paraba de pasarse un mechón de pelo por detrás de la oreja una y otra vez, con la mirada fija en la imagen de Carlos y David, caminando por el paddock, que cada vez se hacía más pequeña.

- Ya sabes como es David con el trabajo. Querrá estar tranquilo para explicárselo todo y que no les interrumpan... - ni yo misma me creía lo que había dicho. 

- Voy a buscar a Dany que tenía un par de entrevistas hoy y quiero repasar con él unos puntos - me dijo tras lanzar un largo suspiro. 

- Vale, sin problemas. Yo daré un paseo por aquí mientras.

Tabatha se marchó hacia el box y yo comencé a caminar sin rumbo. Rezando todo lo que me sabía para que David cumpliera su palabra y sólo  hablaran de estrategias.

Aunque algo en mi interior me decía que no iba a ser así. Conozco a David desde hace muchos años... y tan solo en el tono en el que le dijo a Carlos "necesito hablar contigo" noté que ya algo no iba bien. David no es una persona que deje cabos sueltos. Cuando zanja un tema lo hace por completo. Solía decir que los cabos sueltos siempre se las arreglan para ahorcarte.

Y eso era lo que iba a hacer. Dejarlo todo bien atado... 

*Fin Capítulo*

La Boca Del LoboWhere stories live. Discover now