CAPÍTULO 13.-tercer fragmento

88K 6.8K 1K
                                    




✽✿✽



Sus ojos totalmente rojos hicieron que retrocediera, su demonio estaba controlándolo y eso me daba mucho miedo.

—En serio no sabes en lo que te has metido, princesita. —Ríe con malicia haciendo que todo mi cuerpo se estremezca.

—¿Alan?

Se acerca a mí y empieza a jugar con mi cabello.

—Siempre quise hacer esto.

—¿Jugar con mi cabello? —ríe ante mi respuesta.

—No, me refiero a esto.

Me coge de la nuca acercándome a él besándome ferozmente, no sé de qué estoy más sorprendida, de que Alan me besara o de la respuesta totalmente voluntaria de mi cuerpo en responderle. Aunque estaba disfrutando mucho el beso que he esperado por mucho tiempo, soy consciente de que no es Alan en estos momentos.

—No eres Alan. —Me separo de él.

—Eso no es cierto. —Me coge de la cintura y me atrae más a él—. Soy su parte más oscura. Deberías acostumbrarte, ahora que me has marcado soy tuyo para siempre —me empieza a besar el cuello y pone su mano en mi trasero.

—¡Alex!—grito y corro hacia la puerta, después de golpearlo en los huevos.

—¿A dónde crees que vas, mi princesita? —me alcanza y me tapa la boca.

Me arrastra hacia su cama mientras yo pataleo y luchó por liberarme. Me lanza encima de ella, después él se tira encima de mí.

—Seremos tú y yo por siempre.

Me muerde el cuello provocándome el dolor más grande que he tenido nunca, siento como si me estuvieran electrocutando.

—Mía —me dice al oído. Se levanta y empieza a desvestirse, yo ya no soy consciente de nada, mi visión está totalmente nublada y creo que perderé la conciencia en cualquier momento.

—Mírame —me ordena.

La visión de Alan totalmente desnudo me despierta totalmente, llenándome de una ola de deseo que jamás había sentido.

—Lucy, estás en celo y creo que yo también. —¡Sus ojos ya no están rojos!

— ¿Alan eres tú? —Creo que ya no es su demonio.

—Sí, bebé. Soy yo. Se supone que debíamos casarnos antes de marcarte, ¡o que tú me marcaras!

—Al demonio con los protocolos —lo agarró del cuello y lo atraigo a la cama.

Él me ayuda a desvestirme y empieza a besarme mientras me acaricia todo el cuerpo.

—Eres preciosa— me dice mientras me abre las piernas. El terror se adueña de mi al ver su ENORME miembro—. No sientas miedo preciosa—dice como leyéndome la mente. Doy el grito de mi vida cuando entra en mí, él empieza a besarme los ojos limpiando mis lágrimas mientras sale y entra de mi sin piedad con penetraciones fuertes, duras y rápidas provocándome un dolor inmenso.

—Te amo. —Lo escucho decir cuando empiezo a romperme en mil pedazos. Él me da tres estocadas más para después soltar un gruñido muy fuerte y dejarse llevar. Él me habla, pero yo no entiendo nada lo que me dice.

ALFA KINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora