CAPÍTULO 27.-tercer fragmento

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—No quiero ofenderte —Ian se rascó la cabeza—. Pero te ves realmente pálida.

—Estoy bien —ella sonrió—. Estoy recuperándome de una gripe, por eso tengo este aspecto, pero no tienes de qué preocuparte.

Lauren y Ian caminaban por la manada de este, ella no estaba para nada sorprendida de ver lobos caminar de un lado a otro por el campo. Veía eso todo el tiempo en la isla, incluso muchos de sus compañeros de universidad llegaban transformados a la facultad para llegar más rápido.

Extrañaba la isla y después de confirmar su embarazo, sintió ganas de regresar corriendo a esta. Aunque estudiará medicina, no estaba muy bien informada del proceso de un embarazo de hombre lobo, temía mucho de que se complicaran las cosas ya que era humana y no podía preguntar nada en esa manada porque no podía contarle a nadie su estado.

—Realmente es un lugar hermoso —acotó ella, estaban alejándose a la parte más distanciada de la manada, Ian quería enseñarle todas sus tierras—. Ahora entiendo porque nunca nadie conoció tu casa.

—Sí, esquivar a mis amigos humanos de la escuela era difícil —respondió él—. Pero yo quise ir a ese lugar en vez de estudiar en casa.

—¿Hablas con alguien de la escuela?

—No mucho, casi todos se fueron de aquí como tú —suspiro algo triste—. Para seguir sus sueños.

Lauren notó que de repente Ian se puso triste.

—¿Te hubiera gustado hacer lo mismo?

El le brindo una sonrisa triste.

—Me hubiera gustado ir a la universidad real como tu, pero al parecer mi manada no es lo suficientemente importante como ser admitido ahí —se encogió de hombros—. No importa mucho, soy muy feliz aquí y estoy orgulloso de mi manada, lo que me preocupa es que aun no he encontrado a mi mate y mis padres me sugieren que tal vez tenga que viajar un poco por algunas manadas para encontrarla.

—Oh encontrarlo —ella hizo una broma —. Puede que sea hombre.

Ian se puso pálido.

—Tal vez tengas razón.

—¡Estaba bromeando! —ella empezó a reír a carcajadas—. No pensé que te molestara tanto.

—No, no es que me moleste —él se sintió avergonzado—. ¡De verdad no me molestaría!, solo que nunca había ... pensado esa posibilidad, me agarraste desprevenido, además que no soy gay.

—Uno de los amigos de mi mate —ella recordó a Matt—. Tampoco era gay y resultó que su mate era hombre, le costó mucho aceptarlo, pero ahora están felizmente casados y contentos.

—¿Hablas del beta del rey?

—Exacto.

—Cuando las noticias de que un hombre le tocó de mate a otro hombre por primera vez llegaron aquí, todos estaban demasiados impresionados —llegaron a una parte más empinada que llevaba a un lugar con más árboles y más plantas—. Hablaron una semana de eso.

—En una de mis clases —ella empezó a sentir fatiga—. Decían que posiblemente no sea la primera vez, pero si la primera que se ha hecho pública.

—No me sorprendería, el beta tenía el respaldo del Rey para ser aceptado pero otro hombre lobo hubiera temido decirlo —Ian noto que Lauren se esforzaba por caminar—. ¿Estás bien?

—Si —ella paró de caminar y se sentó en una roca—. Solo no estoy acostumbrada a caminar mucho.

—¿Quieres que regresemos? —él la sujetó del hombro—. Te has puesto más pálida, si quieres te cargo.

ALFA KINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora